Síguenos en redes sociales:

LA CULTURA QUE NOS VIENE

Compartir la cultura como una revolución

Compartir la cultura como una revoluciónRicardo Solís

En la niñez hay dolor, hay costras, hay miedos. Los que hablan de la infancia como el paraíso perdido quizá hayan olvidado ciertos grandes hechos, quizá. No niego las vidas felices: solo digo que los edenes no son tales cuando los reescribimos en los recuerdos una y otra vez. Cuando se hace teatro para niños, hay que ofrecerles espectáculos de calidad. Así de claro es Tomás Fernández Alonso, actor de ‘Úniko’, que es una pieza deliciosa que van a poder ver a las 12 de la mañana este domingo en el Teatro Carolina Coronado de Almendralejo. Habla de los celos infantiles que siente Paul y por allí desfilan sus padres, su abuela, su maestra, su hermana Irati, que nace después de que él lo pida, pero luego ya no le gusta tanto... Es un tema que causa mucho sufrimiento y, aunque se aborda desde el humor, no se invalida ninguno de los vagones de esa montaña rusa que experimentan muchos peques cuando llega alguien nuevo a casa. Todos se pueden sentir identificados con Paul. Incluso los que no tenemos hijos, que preguntamos siempre, cuando alguien se queda en estado y tiene un bebé: «¿Y el mayor, cómo lo lleva?».

A veces no lo lleva bien y hay que estar pendientes. No pasa nada: estar pendientes de los demás es nuestro trabajo, si queremos tejer relaciones sanas. A veces, no demasiado pendientes, pero ése es otro tema. Entre esos demás están quienes peor lo pasan. Esta tarde, a las ocho, en el teatro Nuevo Calderón de Montijo, Samarkanda teatro estrena ‘Nasrine y el libro de Wallada’, dirigida por Memé Tabares y con un texto de Maite Vallecillo. En el escenario, Sara Jiménez, Gema Ortiz, Rubén Lanchazo y Arturo y Fermín Núñez. Habla sobre los refugiados. Es un cuento narrado de manera poética y onírica en el que conocer, a través de los ojos de una niña, la crudeza (pero también la solidaridad) «de un mundo que repite esquemas destructivos desde hace mil años pero que guarda, en su oscura y dura realidad, las claves para sanarlo a través de nosotros».

Al final, la única revolución que va a merecer la pena hacer es la de los cuidados y el amor. De amor (’Soledad, amor y melancolía’) habla la exposición de Timoteo Pérez Rubio que pueden ver en el MEIAC de Badajoz, donde esta tarde, por cierto, estará el Grupo de Música Contemporánea de Lisboa con varios estrenos absolutos: es una de las formaciones más señeras de Portugal y uno de los mejores conjuntos que podrán escuchar, con más de cincuenta años de trayectoria. No solo podrán ver la muestra de Pérez Rubio (’¿Cuándo estuve yo aquí, extraños vegetales, aladas verdes formas de confusa ilusión...?’) sino también la de Dibujantas, con la historia del último siglo vista por mujeres tan potentes como Maruja Mallo, Aitana Martín, Mar Ferrero, Madame Gironella, Ceferina de Luque o Maroussia Valero. Bien merece una visita. 

Hay toda una tradición de mujeres ilustradoras que desconocemos. También, aunque ya menos, desconocemos buena parte de nuestra música tradicional... o de la de otros lugares. Eliseo Parra, que ha investigado todos los cantos de España, de norte a sur; y Hevia, que en su último disco habla de los indianos que se fueron a Buenos Aires o Cuba y que usaron las gaitas para tocar los más variados sones, estarán en el Magusto, con ganas de compartir castañas asadas allí (las castañas asadas: ese olor que es, sobre todo, otoño y manos calentitas). En Cáceres, un buen plantel de intérpretes irlandeses (y españoles) se dan cita este fin de semana en el Irish Fleadh: pueden descubrir música maravillosa que se hace, sobre todo, para ser compartida, por aquello de los cuidados y el amor y los ofrecimientos de lo que uno es y lo que uno tiene. Mary Bergin, Rarefok, The Alt, Cathy Jordan, John-Joe Kelly y Brian McDonagh son sus nombres: ha habido talleres para los pequeños, volveremos a los bares para cantar y brindar y estar con los amigos. 

Se comparte la música. Esta semana se anunciaba el regreso, como sede permanente, de la Orquesta de Extremadura a Mérida, después de muchas vicisitudes. Mientras esperamos ese concierto del 5 de noviembre, esta misma tarde, a las ocho y media, en el 

Auditorio del Centro Cultural Santo Domingo de la Fundación CB de Mérida, tendrá lugar un concierto de violonchelo y piano a cargo del joven violonchelista Guillermo Escribano Gil que, acompañado por el pianista Eduardo Moreno González, interpretará obras de Popper, Bach, Tchaikovsky y Rostropovich, entre otros. Es uno de sus conciertos Ánfora, con lo cual, aunque la entrada es gratuita, se podrá depositar una cantidad de dinero, que se entregará al músico para colaborar con su formación y sus estudios, que son caros. 

Estas son solo algunas de las muchas propuestas que hay. Con frecuencia escuchamos que nunca hay nada y los periodistas ya no sabemos dónde informar, porque siempre nos dicen: «No me enteré». Creemos que es también un deber buscar la información que cada uno desee, porque sí que existe. Y, luego, con esa información, salir de casa, comprar o no una entrada (hay muchas actividades con entrada libre) y comentar la jugada con la pareja o los amigos. 

Pulsa para ver más contenido para ti