Una buena librería es una patria, un hogar, un refugio. Yo he ido a algunas como quien iba al bar, a echar el rato, deambular, hablar de literatura con esas frases cortas que te dice la gente en la que confías y que son distintas variantes de «esto te va a gustar» o «esto te lo tienes que leer». He confiado en libreros (César, Ángel, Mariángeles, María, Lolo) del mismo modo en que confío en mis dos hermanos, en Pablo Cantero, David Domínguez Manzano, Álvaro Vázquez, Begoña Gacimartín, José María Cumbreño y poca gente más. Los prescriptores de libros son escasos y hacen que te metas en terrenos (esa poesía experimental, Dios bendito) que jamás hubieras pisado por ti misma. Ocurre lo mismo que con la música contemporánea: qué hubiera sido de mí sin Javier González Pereira.

En Plasencia, una poeta y una ilustradora han abierto una librería. Se llama El jardín secreto, que es el título de un libro de Frances Hodgson Burnett. Le tengo infinito cariño a esa señora desde que era chica porque... Bueno, no sé cuántas veces he podido leer ‘El pequeño lord’ desde que me lo regalaron: ahora tiene las hojas amarillas, igual que ‘Aquellas mujercitas’, que me leí años antes que ‘Mujercitas’ (que no son de Hodgson Burnett, pero pertenecían a la misma colección de Auriga). Así que Gels Caletrío y Judith Rico se han vestido con delantales de jardineras y, como ocurre siempre con las empresas de los amigos, El jardín secreto se ha transformado en un proyecto colectivo. Pablo Cantero, por ejemplo, enorme lector y director del FanCineGay, ha hecho la selección de las editoriales y libros LGBTIQ+. 

Y la poesía ocupa el centro. El día de la inauguración fue lo que más se vendió. 

Lo mismo todo consistía en cambiarla de sitio, fíjense.

Y hay vinilos: hasta el primero de Tracy Chapman, que también fue mi primera artista favorita, si exceptuamos los de la preadolescencia, pero esos no los voy a nombrar, que son vergonzosos y me producen rubor.

Ah, cómo vamos cambiando los gustos cuando crecemos, de qué modos ya no nos interesan las mismas músicas.

Cómo, por X circunstancias (un nuevo director en la Orquesta de Extremadura (OEx), hace diez años o así) de pronto vas aprendiendo y comprendiendo y luego llega otra gente a tu vida.

Los últimos tres años, mes arriba, mes abajo, los he pasado compartiendo cenas con Jorge Yagüe. Le llevo 20 años exactos. Es tremendamente divertido, la persona que habla de música de la forma más apasionada que he visto jamás, con todo ese brillo de la juventud que al final termina iluminándolo todo aunque los demás hagamos el papel de pitufos gruñones arrogantes. Si hay un opus perdido de alguna obra de un compositor ignoto, él sabe dónde está, en qué archivo o qué museo y casi el año en que llegó. Fue ayudante de dirección de la OEx con Álvaro Albiach y es director titular y artístico de la Joven Orquesta Leonesa (JOL) y del Ensemble Galilei. Ahora dirige el concierto que van a poder escuchar en Cáceres, a las ocho de la tarde, en el palacio de congresos. No va a estar solo: de hecho, el programa se titula ‘Generación talento’. Pablo Domínguez, 22 años cumple este 2022, es compositor. Desde hace un par, estudia en la Cátedra de Composición IF International Foundation de la Escuela Superior de Música Reina Sofía con el profesor Fabián Panisello. Guillem Gràcia nació en 2005 y estudia con el profesor Jens Peter Maintz en la Cátedra de Violonchelo Aline Foriel-Destezet de la Escuela Superior de Música Reina Sofía, que, como ya habrán adivinado, colabora con la Orquesta de Extremadura en este concierto. Y Jorge, en fin: Jorge es Jorge. Le pregunto qué tiene que tener un buen director y dice cosas como ésta: «Un buen director debe tener personalidad. Eso, sin duda. Debe ser una persona que asuma liderazgo pero, también, y esto yo creo que es lo más difícil de todo, debe ser un líder sano, debe ser una persona con mucha empatía que respete profundamente a la gente que tiene delante y que sepa cómo sacar lo mejor de ellos y no esté pensando en sí mismo».

La perla

A los cómics llegué de chica. De muy chica. Han sido lectura toda la vida. Orgullo toda la vida. A Umbral llegué más tarde, por sus columnas. Qué bien escribía ese señor. De un modo u otro, Lorenzo Montatore le ha hecho guiños en todos sus tebeos. Esta tarde se presenta en Mérida la novela gráfica ‘La mentira por delante’, a las siete de la tarde, en la Biblioteca Municipal Juan Pablo Forner, en el Centro Cultural Alcazaba. Con él estará José Domingo, candidato al Eisner por ‘Aventuras de un oficinista japonés’ y Manuel Torres, Lolo para mí, que regenta la única librería de cómics de la ciudad. Emérita Cómics es patria y refugio también. No podría imaginar mejor compañía para una tarde de viernes. Salvo si están en Cáceres y van al concierto de la Orquesta de Extremadura

Hay una generación de directores así. Y hablan de la música popular con respeto, porque, además, el concierto se basa en el folclore también: Max Bruch, Ravel con su Kaddish, Dvořák con la ‘Sinfonía número 6 en Re Mayor Opus 60’.

Pongo el Opus en homenaje a Jorge. Un opus es «una obra que se numera con relación al conjunto de la producción de un compositor», dice el Diccionario de la Real Academia. Y, además, el ‘Felina II’, de Pablo Domínguez, que ha orquestado para una formación más amplia, porque el ‘Felina I’ era para ensemble (pandemia manda: las formaciones de todas las orquestas han sido más pequeñas durante estos dos años).

Este concierto es un «Yo los vi cuando aún no eran famosos». Como el «Yo leía a Wislawa Szymborska antes de ganar el Nobel» y «Yo escuchaba a R.E.M. antes del ‘Losing my religion’». Es algo pueril, pero ser los primeros en algo siempre ha otorgado la sensación de formar parte de un grupo selecto, de ser más listos que nadie. Es pueril, pero no digamos que no avisé.