«La guitarra flamenca es una sencillez compleja»

«Después de haber trabajado a lo largo de mi trayectoria profesional con los mejores guitarristas de mi tiempo, empezando por Niño Ricardo y pasando por el genial Paco de Lucía, doy fe de la enorme capacidad guitarrística de Alejandro Hurtado, y no me cabe duda de que está llamado a ocupar un lugar de privilegio en el mundo de la guitarra flamenca». Antonio Fernández Díaz, ‘Fosforito’. Esta es la carta de presentación alojada en la web del guitarrista Alejandro Hurtado (San Vicente del Raspeig, Alicante, 1994). Una carta de presentación que habla de dos cosas: de la consideración de la ‘Llave del Cante’ y maestro, Fosforito, hacia el compositor y guitarrista; y también del tipo de fuentes de las que ha bebido este guitarrista humilde, limpio en el toque y en la concepción del propio instrumento, que atesora la capacidad de llevar a su terreno lo de antaño, lo añejo de lo hondo, hasta ese amor reverencial que siente y defiende por la guitarra española. 

A Alejandro Hurtado es un lujo escucharlo, ahora, con su nuevo trabajo (todas composiciones propias) ‘Tamiz’ se dibuja perfectamente en ese trasluz del flamenco de los concertistas, que, para Hurtado, «ahora tiene más futuro que nunca». Con una guitarra de los sobrinos de Esteso construida en Madrid en 1974, «de la que está enamorado», Hurtado nos mece por la propia concepción del que escucha. ‘Tamiz’ es un regalo, no solo para el flamenco, sino para todo el que sabe y siente que la música aguarda más de lo uno tiene capacidad de recibir. ‘Tamiz’ es también la valía de los jóvenes músicos y de un Alejandro Hurtado que ha demostrado saber dirigir la orquesta de las emociones que provoca este excelente trabajo. Una maravilla que aúna tradición flamenca, y el propio lenguaje del alicantino. Un trabajo queno deben perderse. Que nada ni nadie te pare Alejandro. Pasen y lean. 

Según la RAE ‘Tamiz’ significa: Selección que se efectúa entre varias cosas o personas para separar las que se consideran buenas o esenciales para algo de las que no lo son. ¿Qué ha tenido que desechar a la hora de poner el broche a este trabajo?

Bueno, digamos que mas que desechar ha sido elegir lo que más me ha nutrido y aportado a nivel musical, experimental y formativo. Digamos que a la hora de extraer una sustancia para poder componer y desarrollar mi propia forma de componer y hacer música, uno tiene que basarse en los maestros, en el propio flamenco, la música clásica, lo que a lo largo de mi carrera me ha estado aportado, más que desechar.

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¿Y en su vida personal y profesional?

Si, ahí son cuestiones más de subsuelo digamos que en mi caso, todo lo profesional tiene mucho de personal. Al final, en cada trabajo, dejamos nuestra piel, nuestros sentimientos, y al final, de toda esa experiencia profesional se queda un recuerdo, algo personal, algo que tienes que filtrar, ¡y lo haces de forma inconsciente! Te quedan sensaciones, y también distintas formas de expresión porque trabajas con muchas personas diferentes y eso también lo dejas plasmado en la música. Si acompaño a Miguel Poveda, por ejemplo, recibes esa energía. Una energía diferente a la que puedes sentir si estás interpretando el Concierto de Aranjuez, por ejemplo. 

¿Y qué energía prevalece en ti? 

En mi caso yo tiro mucho más por la pulcritud, ese punto más puro de la guitarra, más intimista. Este ‘Tamiz’ que presento ahora corresponde a mi etapa de hace unos años hasta el 2022. La etapa que más me identifica es ese punto íntimo, el de mostrar la guitarra en un primer plano, jugar con los matices y con esa desnudez de los sentimientos. Tiene mucho que ver con lo que hice en mi anterior trabajo (‘Maestros del Arte Clásico Flamenco’) tocando las guitarras de Ramón Montoya y Manolo de Huelva, ese punto melódico de la guitarra, de mostrar los palos flamencos tradicionales de una forma más clara y evidente. Todo eso filtrado con mi personalidad trato de mostrarlo de esa forma.

«Yo, sobre todo, a lo que le tengo cariño, es a la música y a la guitarra, más que a mis propias composiciones»

La verdad es que este trabajo evidencia que tiene una guitarra limpia, clara… suena, ¡a borbotones!, ¿me entiende? (nos reímos)

(Se vuelve reír) ¡Gracias! Al final trato de ser lo más claro posible, quiero quedarme con la sustancia, con un mensaje claro, ahora que hay tanta diversidad de trabajos. Mucha gente está expresando este arte, desde este punto intimista, con muchos elementos como si fuera un cosido. En el punto en el que me encuentro hay que tener en el primer plano la música, ser fiel a la guitarra española, al flamenco y todo esto tiene una línea clara. Si queremos mostrar flamenco tenemos que ser claros en el lenguaje. Si no, es muy fácil que un público que venga a escuchar nuestro trabajo pierda la atención, dude, y lo que queremos es que la gente se enamore de nuestro instrumento y nuestra música. Si nos valemos de muchos instrumentos para adornar esta guitarra, esto puede perjudicar. Al público hay que educarlo en escuchar calidad, y muy claras. 

Los que le conocen destacan de usted su sencillez y nobleza, ¿es consciente de que son los mismos términos con los que se podría definiría su toque?

Muchas gracias, si la gente lo dice y tú también… ¡me emociona mucho! porque justamente eso es lo que trato de mostrar: ser noble con mi cultura, con mi instrumento. Yo, sobre todo, a lo que le tengo cariño, es a la música y a la guitarra, más que a mis propias composiciones. Yo le doy valor a mi cultura, soy un enamorado de eso, y ahí hay un respeto y un riesgo de que todo lo que uno haga sea en favor de esto y no manchar y perjudicar lo que han hecho los maestros. Lo que pretendo es aportar y mostrar. No solo con este trabajo sino con el anterior igual. Dar valor a través de la sencillez que en el fondo es la guitarra. La guitarra flamenca es una sencillez compleja.