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La crónica del día

España pierde peso otra vez

España pierde peso otra vez

El dato, escueto, es muy claro. España lleva cinco días de competición en los Juegos Olímpicos de Atenas y sólo ha ganado una medalla. Es un hecho. Lo demás son cábalas, vaticinios y pronósticos más o menos fundamentados y argumentados. El deporte español está perdiendo peso en el acontecimiento de ese ámbito más importante de cada cuatro años. Pero si la totalidad de los 322 atletas desplazados a la capital griega son capaces de demostrar el genio, la fuerza, la convicción y la determinación con la que Manolo Martínez pisó la tierra sagrada de Olimpia, el asunto todavía se puede enderezar.

Indudablemente, hay mimbres para un buen cesto, pero hay que seguir el ejemplo de los mejores. El lanzador de peso leonés no pudo ser el mejor ayer en la cuna del olimpismo, pero lo intentó con toda su fuerza, la que le permitió lanzar el peso hasta más allá de 20 metros en cinco ocasiones. No le bastó para subir el podio, y lamentó amargamente haber perdido la ocasión irrepetible de ser campeón olímpico en Olimpia, pero hizo un poco de historia en un sector del atletismo, los lanzamientos, que nunca habían llegado realmente muy lejos.

La delegación española puede salir del atolladero en que se ha metido, pero para ello deber seguir el ejemplo de Martínez y de tantos otros, como el gimnasta Rafael Martínez. El subcampeón de Europa de este año 2004 alcanzó también un estrato inexplorado anteriormente, al ser quinto en el concurso completo ante los grandes monstruos de la modalidad.

Magnífico, como lo fue la victoria en balonmano que situó al equipo en cuartos de final, el tercer triunfo consecutivo de las mujeres de baloncesto, las victorias de Carlos Moyá y de la pareja Conchita-Ruano, que les colocan también en cuartos, el sexto puesto del relevo 4x200 metros libre femenino en natación o las expectativas que levanta la selección de Gasol.

BARCELONA-92 Pero esos islotes de esperanza no pueden ocultar la sensación de que la delegación española está flirteando con el fracaso en Atenas. Las ocasiones perdidas, irrecuperables, se van acumulando (ver gráfico), y las optimistas expectativas del principio se van apagando. La España de Atenas está más cerca de la de Sydney-2000 que la de Atlanta-96. De Barcelona-92 y sus 22 medallas, ya ni se habla.

El objetivo marcado por el Comité Olímpico Español (COE) y el Consejo Superior de Deportes

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