De entre las múltiples incógnitas del Cáceres, la mayor de ellas parece Josh Duinker. No le avala una notable carrera universitaria, como a Ashlaou y Hobbs, y en los partidos amistosos ha alternado los buenos detalles con otros desconcertantes.

El chico es muy alto (2,10) y tiene movimientos de espaldas y de cara al aro que pueden hacer mucho daño. No es un pívot-pívot, pese a ello. También puede alejarse del aro con aparente comodidad. Sin embargo, y con la ventaja ganada, a menudo falla canastas claras. Por lo que se ve hasta ahora, le falta precisión en las manos. El balón se le escapa en demasiadas ocasiones. Habrá que seguirle de cerca.