El proyecto 'Ajedrez sin Barreras' lleva ya varios años acercando este deporte a chicos con necesidades educativas especiales, como autismo, asperger, epilepsias o inteligencia límite. Este proyecto organizado por el club Ajoblanco, gracias a la colaboración de la Fundación Jóvenes y Deporte, del Gobierno de Extremadura y la Federación Extremeña, pretende que el ajedrez sea vehículo para la ocupación del ocio y el tiempo libre de estas personas, al mismo tiempo que desarrollan sus capacidades cognitivas.

Entre estos chicos existe un colectivo muchas veces poco reconocido, debido a que su inteligencia no está por debajo de la media, sino por encima.

En los últimos años, gracias al esfuerzo de las familias, están empezando a ser reconocidas. Para Fátima Murciano, presidenta de la Asociación de Apoyo de Altas Capacidades de Extremadura, "el propio nombre del proyecto hace que no cuestionemos los beneficios que puede aportar a los niños de alto potencial que forman parte de nuestra asociación". Según explica, "la mayoría de las veces estos niños encuentran muchas barreras para desarrollar al máximo su capacidad, siendo este un derecho para ellos, como para todos".

Para ella, "con el ajedrez aprenden estrategias de resolución de problemas y toma de decisiones, de concentración, fortalece la voluntad, la seguridad, el equilibrio entre lo racional y emocional, la creatividad e imaginación y aceptación de reglas". José Antonio Marina, filósofo, plantea que el ajedrez mejora las funciones ejecutivas o transversales de la inteligencia.