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Los extremeños de Segunda División B

Más difícil todavía

El Cacereño no puede conseguir los tres puntos ante la Arandina, rival directo, y da otro grave paso atrás. El árbitro, con extraña roja a Mejías cuando mejor jugaba el CPC, lo peor de un duelo desdichado

Más difícil todavía

CACEREÑO - 0: Montiel, Palero (min. 84, Mansilla, Mejías, Ismael, David Cuerva, Leo Ramírez, Toni, Pablo Gállego, Aarón (min. 60, Zubi) y Carlos Valverde.

ARANDINA - 0: Eladio, Borja Plaza, Mauri, Pajarero, Sergio, Seoane, Javilillo (min. 90, Nico), Pablo, Adeva (min. 92, Mar Martínez), Adri, Carlos (min. 71, Gonzalo).

ARBITRO: Caucelo Sace (Comité Andaluz). Mostró tarjeta roja directa a los locales Mejías (min. 68) e Ismael (min. 79) y amarillas a Mansilla y Leo Ramírez. Por los visitantes, fue expulsado por dos tarjetas Mauri (min. 77) y también amarillas a Pajarero, Adeva y Carlos.

Una concatenación de factores acercaron ayer al Cacereño al infierno. El insustancial empate ante la Arandina (0-0) ahoga casi todas las posibilidades de salvación directa para los verdes, situados al filo de la afilada navaja de la Tercera División. El desdichado arbitraje del andaluz Caucedo Sace y el triunfo del Sporting B en Valladolid (0-1) se fusionaron con la falta de puntería y minimizaron las opciones de supervivencia, ahora tenues. Cualquiera firmaría jugar la promoción. Así está el panorama.

El grupo de Angel Marcos, que contaba con la importante ausencia por baja definitiva del centrocampista holandés Hans Mulder, que ha abandonado el club en las últimas horas alegando motivos personales, lo intentó por mil maneras diferentes, pero se topó con la depresión del resultado final.

Cuando mejor jugaba, a mitad de la segunda mitad (min. 68), se topó con la expulsión de Juan Carlos Mejías en un clásico forcejeo anterior al lanzamiento de una falta. De zarandeos y empujones están los partidos repletos, pero el contrario se lanzó al suelo. El asistente avisó al árbitro y éste expulsó al de La Zarza. La reacción del central, absolutamente sorprendido y fuera de sí, lo explica todo.

Con todo ello, el Cacereño siguió remando para conseguir tres puntos que se adivinaban mortales de necesidad. El público lo sabía y también empujaba como hasta ahora no lo había hecho. En la primera mitad apenas hubo nada por unos y otros, excepto un cabezazo inicial de Adri y un tiro de Aarón que no encontró puerta.

Con 10 contra 11, y con una actitud sobresaliente, el CPC lo seguía porfiando, cercando a la Arandina, que se quedó con 10 también tras la segunda amarilla a Mauri (min. 77) que paralizó a Valverde cuando éste encaraba al portero. Pero Ismael soltó el codo en una arrancada y quedó a los locales con 9. Esta tarjeta podría ser más lógica, aunque generalmente no se pite.

A la heroica, y pese a la inferioridad, los extremeños encerraron en su área a su oponente. Lo había intentado David Cuerva, lo intentó Toni en sucesivas faltas, pero aquello era misión imposible en un encuentro que ya no se estaba jugando.

La Arandina debió quedarse con 9 también tras otra falta a Carlos Valverde cuando éste enfilaba la puerta tras un pase largo. Inexplicable, dado lo que había recurrido. Fue la guinda a una desgraciada tarde de fútbol. Aún hay vida, sí, pero ya se está al filo. En Logroño no se puede perder. Podría ser hasta letal.

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