Una quincena de empresarios de Almendralejo y otros puntos de la región, amparados en un movimiento realizado por la asociación BNI Desafío, han denunciado los continuos impagos que están sufriendo por parte del Extremadura. Entre todas las demandas podría superarse los 600.000 euros.

Los empresarios han estallado, especialmente, por la falsa promesa realizada el pasado 2 de marzo por el nuevo presidente del club, Luis Oliver Sierra, cuando en su rueda de prensa de presentación anució a bombo y platillo, en reiteradas ocasiones, que su grupo liquidaría el pago de todas las facturas en una semana. Para ello, dijo que pondrían encima de la mesa un millón de euros. Pasada una semana, ni el millón de euros ni el abono de las facturas han sido una realidad. Es más, «la gota que colmó el vaso se produjo el pasado lunes cuando a muchos de nosotros nos llamaron para pedirnos dinero para financiar autobuses para el desplazamiento de aficionados a Elche», explicó ayer Sergio Salguero, responsable del grupo Dihex y presidente de BNI Desafío, uno de los afectados. Consideran que ha sido una tomadura de pelo que les deba dinero desde hace meses y que, además, le pidan más.

Al grupo de empresarios se ha unido Vicente Vilaplana, responsable de Autocares Vilaplana, empresa que ofrece los servicios de autocar a todos los equipos del Extremadura y que gestiona los viajes de la primera plantilla. Sólo a esta empresa, el Extremadura debe casi 250.000 euros. «Nosotros podemos soportar cantidades, pero ya llega un límite que es inviable y que no podemos aguantar», decía ayer Vicente. De hecho, el Extremadura tiene suspendidos sus viajes con Vilaplana desde ayer, por lo que no podrá usar el autobús oficial en los próximos desplazamientos.

Hay más. El proveedor de ropa deportiva (DobleK) también ha demandado esta situación de impagos por falta de cobros. Se le debe una cantidad aproximada de 200.000 euros y, desde la pasada semana, no surte de ropa deportiva a ningún jugador ni equipo del Extremadura.

Talones robados / A todo esto hay que añadir empresas que, por sorpresa, se presentaron en la rueda de prensa para sumarse al grupo de afectados. Uno de estos proveedores de servicios presentó documentos donde el banco notificaba que el Extremadura le había dado pagarés que aparecían como «sustraídos», es decir, robados, como explicó Antonio Carretero, abogado de Atrium que gestiona las demandas.

Los empresarios se preguntan por qué esta situación se repite con prácticamente todos los servicios. No se han pagado servicios de megafonía, azafatas, vídeos, electricidad, productos de limpieza, viajes, fotografías, además de a varias plantillas de otros equipos. También se le adeudan varios meses a los empleados del Sport Bar del Extremadura (antiguo Hotel Dulcinea), que ayer cerró sus puertas como medida preventiva por el coronavirus.