El partido de este sábado ante el Campus Promete (12.30 horas, Multiusos) cierra una larga serie que se inició el 29 de septiembre de 2016 con la visita del Gernika al Al-Qázeres, que ganaron las extremeñas por 72-69. Cinco años de baloncesto femenino de élite en Cáceres que se cogen lo que se supone que es un punto y aparte, ya que el equipo de la ciudad firmó su descenso matemático el pasado sábado. En las dos jornadas que restan solo queda en juego la profesionalidad y la imagen, ya que ni siquiera se podrá evitar el penúltimo puesto ya asignado.

Cinco años de partidos más y menos recordables, pero en los que han pasado grandes estrellas primero por el pabellón Serrano Macayo y después por el Multiusos. La intención es que, al igual que sucedió con el descenso de 2015, se pueda reconquistar la Liga Femenina Endesa en el plazo lo más breve posible.

Sin embargo, el futuro ya se verá. Todos en el club eluden hablar de ello y de hacer análisis taxativos sobre lo que ha sucedido en los últimos meses, en una campaña que ha ido claramente de más a menos (cuatro victorias en la primera vuelta y dos en la segunda).

«Nos han pasado muchas cosas. Para las jugadoras desde que están desde el día 1 ha sido complicado. No es el momento de hablar de los porqués, de explayarnos en lo que ha pasado. Cuando pasen estas dos semanas habrá tiempo de hacer balances y evaluar todo. Por supuesto que le vas dando al coco, pero no solo esta semana. Sí que piensas en las cosas que hemos podido hacer mal, en las que que no hemos tenido fortuna y en las que no hemos tenido que ver y nos han perjudicado», afirmó Jacinto Carbajal el jueves. Como se puede apreciar, el entrenador pospone cualquier tipo de cuestión de este tipo a que transcurran 80 minutos: los 40 ante el Campus Promete y los últimos 40 del curso en la pista del Cadí La Seu dentro de una semana. En este sentido, sus apelaciones a que las jugadoras deben ser profesionales hasta el final fueron reiterativas y dan que pensar.

CON PÚBLICO / Al menos el partido tendrá lugar con espectadores en la grada, una auténtica rareza en esta temporada. «Ojalá podernos despedir con una victoria en un año tan difícil, tanto para nosotros como para el público. Sabemos que han estado ahí detrás dando ánimos», indicó Carbajal.

El Campus Promete es un club especial en su carrera: lo condujo al ascenso a la Liga Femenina en mayo de 2019 y unos pocos meses después, en la mañana del día de Nochebuena, fue destituido. El proyecto de Logroño parece ser algo más potente económicamente que el de Cáceres y los resultados (una tranquila duodécima posición con diez triunfos) lo confirma. «Ha estado hasta hace poco en la pelea de salir de abajo, pero logró un par de victorias que le han dado tranquilidad. Es un equipo que ha hecho bien las cosas, jugando bastante dinámico. En la primera vuelta el partido se nos escapó como tantos otros en los instantes finales», recordó el entrenador local con un tono de inevitable lamento. Es lo que hay.