74 - Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Jorge Sanz (8), Jeff Xavier (2), Sylvester Berg (4), Paco del Águila (3), Raven Barber (26) -cinco inicial- Devin Schmidt (15), Fran Cárdenas (3), Roeland Schaftenaar (13), Ferrán Ventura (0), Aitor Etxeguren (0).

68 - Real Murcia Baloncesto: Jaron Martin (12), Diego Kapelan (10), Clint Robinson (17), Andre Norris (10), Jeff Solarin (2) -cinco inicial- Chukwudubem Okeke (0), Strahinja Gavrilovic (4), Patrick Whelan (2), Alex Hernández (11).

Marcador por cuartos: 14-20, 35-39 (descanso), 51-47 y 74-68 (final).

Árbitros: Morales, Olivares y Aranzana. Sin eliminados.

Incidencias: Primer partido de la segunda fase de la LEB Oro (grupo de permanencia) disputado en el Multiusos Ciudad de Cáceres ante 350 espectadores.

Primer pasito para la permanencia --y quién sabe si para algo más-- del Cáceres Patrimonio de la Humanidad. Supo sufrir ante el Real Murcia Baloncesto, al que terminó batiendo por 74-68. Su balance global en el inicio de la segunda fase es de 5-2, lo que le permite encarar lo que viene con menos presión y mucho optimismo.

Habrá que seguir mordiendo, pero dio la impresión de que el ejército de Roberto Blanco llega al momento culminante de esta extraña temporada bien armado, tanto logística como anímicamente. Y lo mejor de todo es que está encontrando nuevos matices a su juego, hasta ahora excesivamente dependiente de lo que hiciesen sus tiradores en ataque. Al menos este viernes no fue así: Raven Barber dominó los tableros y hasta se compaginó con solvencia con Roeland Schaftenaar, algo poco visto hasta ahora. A ver si al final Sandi Marcius hizo un favor cogiendo la puerta...

El inicio, eso sí, fue poco alentador. El Cáceres amaneció con dos problemas: una defensa poco aplicada y la obvia desatención del rebote, que daba al Murcia demasiadas segundas opciones. Si a eso se le suma el extraordinario acierto de los visitantes el resultado era un 8-20 (min. 7) que no era precisamente alentador. No bastaba aún solo con Barber, que mostraba innumerables recursos ofensivos.

La solución llegó desde el banquillo: el mando esta vez firme e inspirado de Fran Cárdenas, la capacidad de fabricar puntos desde la nada de Devin Schmidt y eso tan intangible pero tan maravilloso que tiene Schaftenaar con su repertorio de movimientos.

El ‘mal menor’ fue el final del cuarto inaugural (14-20), que dio paso a unos minutos todavía mejores. Dos triples consecutivos de Schmidt establecieron el empate (24-24, min. 14) y, aunque el descanso se llegó por detrás de nuevo (35-39), la sensación era radicalmente otra. El Real Murcia ya no parecía el Barça de Jasikevicius.

SEGUNDA PARTE / La trayectoria verdinegra continuó ascendente tras el paso por los vestuarios, casi siempre con la rotación exacta para dar equilibrio a lo que sucedía en la pista. Por momentos recordó al equipo de la temporada pasada, pasándose mucho y bien el balón hasta encontrar al compañero mejor situado (48-43 (min. 27). El público, poco habituado a ver baloncesto en vivo esta temporada, se entregó al disfrute con los suyos, que encararon los diez últimos minutos con una ventaja exigua, pero que infundía la suficiente confianza (51-47). Esto podía ocurrir porque la defensa local había mutado a pegajosa, infernal, hambrienta.

Tanto fue así que el Cáceres hizo un amago de demarrar a la búsqueda de una recta final tranquila (56-47, min. 32), pero su oponente, caracterizado por un físico bastante duro, se agarró como pudo a sus posibilidades (56-52, min. 34). Nadie va a regalar nada en esta fase porque todos los partidos cuentan.

En ese momento culminante surgió el determinante acierto desde la línea de tres puntos de dos jugadores que no son muy especialistas en ello, Jorge Sanz y Cárdenas. Eso mantuvo a Murcia a una distancia prudencial (66-58, min. 37). Solo faltaba mantener la calma y evitar complicarse la vida con malas decisiones.

En el minuto final no hubo la sensación de que la situación pudiese dar la vuelta y además se consiguió una ventaja pasable para posibles ‘averages’. Hasta Jeff Xavier pudo sonreír feliz con los dos tiros libres casi con el marcador a cero: fueron sus únicos puntos de la noche, pero fue una victoria de todos y para todos.

Toca ya pensar en la visita al Huesca, que, sin Luis Parejo, perdió en Melilla en su primer partido de la nueva fase (85-78). Por cierto: la cantinela de que el grupo A, el del Cáceres, era más fuerte que el B va pareciendo verdadera: sus equipos ganaron los cinco partidos jugados este viernes.