A las matemáticas es a lo que se aferra el Mérida para seguir pensando que el ascenso a la 1ª RFEF todavía es posible. Con la segunda posición, que ostenta el Villanovense, a siete puntos más el goal average, el hilo de vida pasa por ganar casi obligatoriamente las cinco jornadas que restan. Ello se antoja prácticamente imposible para un equipo que en las últimas seis citas lleva dos empates y cuatro derrotas, estas últimas de manera consecutiva. Sin embargo, las rachas en el fútbol pueden cambiar y en el seno de la entidad romana se prefiere tener una visión ‘cholista’ de la situación e ir partido a partido, porque tienen la esperanza de que la victoria el domingo (18.00 horas) en casa frente al Navalcarnero, podría liberar anímicamente a una plantilla que, por sensaciones, en estos últimos seis partidos, debería haber tenido mayor renta de puntos.

A pesar de que el visitante es el colista, Miguel Rivera no tendrá un fácil plan de partido por la proliferación de lesiones. De nuevo estarán otra semana más de baja Felipe Alfonso, Héctor Camps y Migue Garci, a los que hay que sumarles los dos que cayeron en el último partido, David Rocha (microrrotura en el aductor derecho) y José Gaspar (rodilla inflamada esperando los resultados). La única buena noticia es la vuelta de Chirri Monje tras su sanción. 

Ante ello, Rivera podría confeccionar un once de ciertas garantías, aunque sin la creatividad de los dos cacereños, el problema es si quiere cambiar el plan de partido o si se encuentra algún percance en forma de lesión, ya que solo va a disponer de dos hombres de la primera plantilla en el banquillo y ambos de clara vocación ofensiva, además de los futbolistas del filial, siendo Carlos Cinta, también punta, el que más minutos está teniendo. H