«Espero estar con mi familia dentro de diez días. Paloma [su mujer] y yo llevamos dos navidades prácticamente solos aquí, aunque estamos muy contentos con la experiencia». David Cuerva acaba de ascender a la Primera tailandesa con el Khonkaen United y la alegría de este fin de semana contrasta con la nostalgia del contacto con los suyos. En poco tiempo,

«Estaba esperando que fuera el fin de semana perfecto. No ha podido ser, pero seguro que se va a conseguir porque ya desde la directiva lo están haciendo muy bien», dice el centrocampista. Se refiere al Cacereño, club de su ciudad en el que militaba en el descenso en Linares y al que sigue a diario y del que quiere que ascienda a Segunda RFEF. También está muy atento a la actualidad del Mérida, ya que formó parte de sus categorías inferiores, pero en realidad, explica, ha estado disfrutando del fútbol asiático, que tiene «más nivel» del que se comenta.

Virus

«Hablamos en inglés y este año un poco de thai», cuenta Cuerva, un tipo entusiasta y que vive feliz en Tailandia, aunque su experiencia con la pandemia haya mediatizado todo, entre ellos su propio sueldo, rebajado al 50 por ciento. «Y hemos tenido suerte, porque en otros clubs no han pagado directamente». En estos días dice que no se ha podido celebrar el ascenso «porque los contagios están subiendo».

«Jugamos unos cuantos partidos y tuvimos que parar. Después entrenamos cinco meses. Reanudamos la liga y no pudimos subir directamente, pero este fin de semana sí lo hicimos tras una prórroga y en los penaltis», relata el futbolista extremeño mientras sale del gimnasio «con un calor tremendo». Le hubiera gustado estar «en alguna playita estos días, pero no ha puede ser».

¿El futuro? Esta semana espera concretarlo. «Tengo un par de cosas de Segunda, pero nos gustaría quedarnos por aquí». Estar en la élite de este particular fútbol podría ser su destino en la próxima temporada. Y es que él se lo plantea de esta manera, en principio. Las condiciones económicas son sensiblemente superiores a las de España en categorías como la Segunda B, en la que Cuerva ha sido un clásico en clubs como CPC, Barakaldo o Linares.

«Espero que se pueda decidir esta semana», dice el centrocampista, un jugador clave en este paso adelante del Khonkaen y que se ha adaptado perfectamente en un fútbol diferente. A sus 30 años recién cumplidos, su sueño no deja de ser exótico, pero real, como la vida misma.