Daniel Fernández Fernández, 'Dani Fernández', (Valdemoro, 1997) brilla en la banda derecha del Badajoz un cuarto de siglo después de que su padre, Luis Fernando Fernández Bermejo, ‘Luisfer’ (Jaraíz de la Vera, 1972) se despidiera del Cacereño, en el que jugó como delantero (1989-1995), pasando después por Moralo y Plasencia.

Las raíces extremeñas del lateral, que este viernes cumple 24 años, son también por parte materna, ya que Conchi es natural de Navalmoral de la Mata. Dani es titular indiscutible en el equipo que entrena Fernando Estévez, en el que ha jugado 21 de los 22 partidos de liga y sólo se perdió la visita del Melilla por sanción, fue el más rápido de la victoria ante el Dux, con 35,04 kilómetros por hora.

Dani Fernández, de niño, con su padre, Luisfer. Cedida

No vio jugar a su padre aunque sí se inició en el fútbol por el gusanillo que le metió en el cuerpo Luisfer. «Mi padre es el que me saca al parque, me compra un balón y me pone a jugar en todo momento», explica el futbolista, cuyos primeros recuerdos fueron en Navalmoral de la Mata. Sus inicios fueron con seis años en la Escuela del Valdemoro hasta que dio el salto al Getafe alevín.

Estuvo cuatro años en el club madrileño, unos meses en el Atlético de Madrid cadete «pero me fui porque no me sentía nada cómodo, bastante desplazado y le dije a mi padre que al día siguiente no iba más. Mi padre lo que quiere es mi felicidad y así lo hizo, no volvimos. Me gusta ser feliz día a día y si no estoy me voy, me da igual el escudo».

Y llegó el Madrid

Fichó por el Leganés con el que tuvo una gran temporada, lo que le hizo al club blanco fijarse en él. Dani Fernández dio el salto al Real Madrid desde cadetes al filial. Allí coincidió en el equipo e hizo una gran amistad con jugadores como Borja Mayoral, actualmente en La Roma y que ya jugó con el Madrid en Champions. «Allí me sentí muy bien y el técnico Tristán Celado me pasa de extremo a lateral derecho».

Dani Fernández siguió su progresión y debutó con el segundo equipo a las órdenes de Zinedine Zidane en el Salto del Caballo de Toledo, con victoria blanca por 0-1. «El día del debut fue el más especial porque era juvenil todavía y que te llame Zidane y te lleve a su despacho para decirme que iba a jugar y de lateral izquierdo…Estaba hecho un flan pero cuando empezó el partido se me quitaron los nervios».

Luisfer, con la camiseta del Cacereño. Cedida

Zidane, asegura, es «diferente porque al haber vivido muchas situaciones de alto nivel y exigencia tiene comportamientos en los que te da tranquilidad porque sabe lo que hace en cada momento». Dani jugó con sus hijos Luca, portero con el que mantiene una gran amistad, y Enzo, delantero con el que estuvo en su primer año en el filial blanco.

Ya fue campeón con el Real Madrid Castilla en la 15-16 y tuvo una posterior etapa. Después, el defensa pasó por el Mérida en Segunda B y el Fuenlabrada disputando 13 partidos en Segunda División la pasada temporada.

Y llegó la llamada del Badajoz. «No me apetecía salir de casa porque estaba cómodo en Madrid pero estaba autoprotegiéndome y entre mi padre y mi representante me convencen que el proyecto del Badajoz es lo mejor para crecer y está claro que no se equivocaron. Es una sorpresa todo lo que estoy viviendo este año, las experiencias con los compañeros y no quiero cambiarlo».

El joven jugador está muy feliz en el Badajoz con el reto de ascender a Segunda. «Está siendo una gran temporada pero más que los resultados son las sensaciones y el día a día que vivimos que es lo más importante. Jugamos para el equipo, no hay individualidades, nadie es el crack, todos trabajamos por igual y por sacar adelante todos los partidos. Hacía tiempo que no me encontraba con jugadores de tanto nivel. Cualquiera está capacitado para jugar en una categoría superior. Estamos disfrutando con el modelo de juego del míster y muy contentos». H