El suculento premio es el ascenso a la recién creada Segunda RFEF, un estímulo de lo más motivante para Coria y Diocesano, que juegan este sábado a partir de las 19.30 horas en La Isla un encuentro de los de perfil alto. De los dos solamente puede quedar uno. Pasión en el escenario, nervios previos en los entornos respectivos para un duelo que ha generado una expectación inusual por el carácter determinante de su resultado. Es una final.

Tanto Raimundo Rosa, ‘Rai’, el técnico local, como Adolfo Senso, el visitante, han incidido en los días previos en restar presión a sus futbolistas. Hasta los presidentes, Aurelio ‘Lely’ Gutiérrez y Alfonso Abreu, han pretendido transmitir un punto de menor dramatismo a la cita, aunque en el fuero interno de unos y otros se esté gestando un partido que quedará para los anales de la historia, pase lo que pase. Las declaraciones han tenido como punto común el respeto en el rival después de una temporada atípica, en la que el Coria era un evidente candidato a subir y el Dioce se haya granjeado ese protagonismo después de protagonizar un trabajo extraordinario.

El respeto lo tienen ambos, sabedores de que una vez subidos a este último peldaño tienen que aprovechar una oportunidad quizá única en su trayectoria. En los locales, la frustración que supuso no ascender en el Príncipe Felipe ante el Cacereño en un duelo en el que tuvieron sus opciones se ha transformado en esperanza tras haber pasado las semifinales ante el Jerez, no sin apuros. El punto de mira es inequívoco.

Recuperados

En el Diocesano, equipo que llegó incluso a ser líder durante una buena parte de la liga regular, eliminar al Miajadas y, sobre todo, hacer lo propio ante el Moralo ha insuflado unas dosis de moral que en algún momento estuvieron en cuestión durante un tramo liguero. La pérdida de Víctor, su ‘9’ titular, y un cierto bajón más psíquico que físico, hicieron daño, pero la confianza se ha recuperado una vez restablecido el status de equipo poderoso, ordenado y ganador.

El Coria basa su esperanza en el factor campo y en el apoyo de la grada. Así lo han comentado su habitualmente prudente presidente, y todos los futbolistas celestes a los que se ha cuestionado al respecto.

En el Diocesano la baza, además del talento y su orden físico, puede estar fundamentada en la ausencia de presión. No tienen los colegiales la obligación de subir, desde luego, por lo que saldrán al césped de La Isla sin las urgencias que sí tendrá el Coria, protagonista de una temporada en la que ha vuelto a acreditar su solvencia en su casa y su ambición en escalar un peldaño futbolístico que le lleve a acompañar a Villanovense, Mérida, Don Benito, Cacereño y Montijo a la recién creada categoría.

A por el broche de oro

Rai fue técnico del Diocesano antes de consagrarse en el Coria. Senso, que fue quien apostó por él en su primer y exitoso año, tratará de ganarle la partida en lo que será un desafío táctico de primera magnitud. El caldo de cultivo está puesto en una localidad, la capital del Alagón, volcada con su equipo, en tanto que los 150 simpatizantes del cuadro cacereño tienen entre ceja y ceja asistir a un broche de oro del equipo revelación del campeonato. 

Las dos últimas victorias de los locales aparecen como mera anécdota ante el encuentro que se presenta a efectos de trascendencia. Nada vale. Todo suma. La Extremadura futbolística pone sus ojos este sábado en La Isla en un encuentro de connotaciones históricas. Lógico: hay mucho que ver y dilucidar. Nada menos que un ascenso en juego. 

Al Coria le valdría el empate en caso de jugarse una prórroga y si al final de ésta no hubiera vencedor, como le ocurrió ante el Jerez, por mejor clasificación en liga regular. También el Dioce superó la primera eliminatoria por este condicionante. El pasado año subió el Villanovense tras igualar ante el Cacereño, entonces sin prórroga.