Tuvo el Cáceres Patrimonio de la Humanidad la idea de presentar de una tacada a sus tres jugadores interiores, Julen Olaizola, Benoit Mbala y Nik Slavica, quizás como mensaje de que van a ir los tres en la misma dirección y reconociendo abiertamente que son tres piezas de las mismas características: quizás no muy altos --los tres están lejos de los 2,10--, pero sí atléticos y con muchas ganas de poner sus habilidades al servicio del equipo.

El que mejor lo expresó fue seguramente Julen Olaizola (San Sebastián, 4-3-1993, 2,02 de estatura), que no renunció a la etiqueta que tiene en el baloncesto nacional de hombre de choque, especialista en el trabajo oscuro. Empezó dando las gracias al club «por la profesionalidad y la cercanía que están teniendo con nosotros» y realizó a continuación una explícita declaración de intenciones. «Vengo aquí a darlo todo por el equipo, a pelear», soltó, prometiendo «suplir la carencia de presupuesto con todo nuestro trabajo y lucha». «Es una característica que debe tener el equipo para competir en todos los partidos y estar en la zona media y pelear por todo lo que podamos», agregó.

Olaizola contó que los primeros entrenamientos «están siendo duros», consecuencia de haber empezado más tarde que otros equipos por una cuestión de planificación. «Eso significa que hay que darle un poco más de caña al principio», dijo de forma coloquial, antes de aclarar que «vamos muy bien, con muchas ganas de seguir mejorando».

Sobre sus características, se definió como alguien «fuerte en la zona interior y en defensa» y señaló que, pese a no ser ya una promesa, está «creciendo cada vez más en ataque, cogiendo más confianza». Su mejor temporada en cuanto a números ofensivos en LEB Oro se remonta a la 2011-12 con el Azpeitia, cuando alcanzó los 4,8 puntos por encuentro. 

«Soy móvil y también tengo versatilidad porque puedo defender tanto a ‘cuatros’ como a ‘cincos’. Quiero seguir mejorando y aportar todo lo que pueda y necesite el entrenador», deseó.

LAS CIRCUNSTANCIAS DE NIK / Olaizola hizo de traductor de Nik Slavica (pronúnciese «Eslavicha»), que es probablemente el fichaje que más expectación ha levantado por su condición de antigua estrella en categorías inferiores, cuando llegó a ser subcampeón del mundo con su país

Slavica (Sibenik, Croacia, 7-2-1997, 2,05 de altura) señaló que en su carrera ha jugado en diversas posiciones, tanto de alero como de pívot, y se apresuró a intentar explicar que lleve año y medio sin disputar un partido oficial. «No jugué la pasada temporada por el covid y otras circunstancias con mi antiguo club y personales», manifestó. Pero eso ya parece haber quedado en el pasado:«Estoy encantado de tener la oportunidad de estar aquí para mostrar mis cualidades y competir en los partidos».

Viendo las características de la plantilla, no reveló ningún secreto cuando apuntó que «jugaremos rápido, como quiere el entrenador» y confió que ese estilo, que parece irle bien, sirva para conseguir «muchas victorias», empezando por la de este sábado en el Torneo Cáceres Patrimonio de la Humanidad (20.45 horas) frente al Real Valladolid. 

EL DESAFÍO DE MBALA / Por su parte, Ben Mbala (Yaoundé, Camerún, 13-6-1995, 2,03 de estatura), el último incorporarse al equipo, destacó su rápida adaptación. «Llevo aquí tres días y todo va bien. Estamos trabajando duro con los chicos, buscando las conexiones dentro del equipo. Creo que todo va a ir muy bien y que podemos hacer grandes cosas», resumió.

Agradeció la ayuda de «jugadores, entrenador, ayudantes y el director deportivo del club para que me integre rápido, por lo que no está siendo difícil», explicó.

Se mostró satisfecho además con el mensaje que está recibiendo del entrenador del Cáceres, Roberto Blanco. «Es un tipo con la mente abierta, que da opción a los jugadores de que se expresen. Va a explotar todo lo que tiene cada jugador. Diseña jugadas sencillas que dan la opción a que todos demos lo que tenemos», indicó.

Nacido en África y tras jugar en otros tres continentes (América en México, Asia en Corea y Europa en Francia), llega su primera experiencia en España, sobre la que se siente intrigado. «El juego es más técnico que en otros sitios en los que he estado. Hay que ser inteligente para cada situación. El nivel es muy alto. Se que me encantará jugar en esta liga y seguir mejorando», apostilló.