Dávila rasura el talento de Barba

Equilibrio en todo en el primer derbi de la historia en la Segunda RFEF. Cacereño y Coria igualaron (1-1) en un duelo reñido, de alternativas y que contenta más a los visitantes. Aun así, cualquiera pudo ganar, pues ambos generaron ocasiones suficientes como para haber conseguido el pleno de los tres puntos.

Mejores fueron los 45 primeros minutos en un duelo táctico apasionante entre Julio Cobos y Raimundo Rosa, ‘Rai’, que introdujeron cambios, más significativos en los visitantes, ya que jugaron sin ‘9’, pero con mucha ambición. Fue un primer tiempo frenético, lleno de idas y venidas, con dos equipos de vocación ofensiva fuera de toda duda. 

Y la suerte suprema del fútbol, el gol, rondó ambas porterías en cada acción atacante. Jorge Barba y Sergio Gómez, de largo los mejores futbolistas de la matinal, dieron una masterclass de escándalo sobre el mejorado césped local. Ya en el primer minuto ya hubo un tanto, pero que fue anulado por el árbitro por un dudosísimo fuera de juego de Carlos Fernández. ¿Hubiera cambiado todo a partir de ahi? Previsiblemente sí. El colegiado, con muchos errores técnicos y de apreciación, fue lo peor de un día de disfrute.

Santi Luque se inventó otra acción individual que contrarrestó el impacto del susto inicial en su portería. No encontró rematador el centro del extremo, una de las sensaciones de la temporada. Era el minuto 10 y el espectáculo era superior a la más optimista de las previsiones. Contestó un velocísimo Carlos Andújae, que estuvo a punto de marcar tras maravillosa cabalgada (min. 13).

Y llegó el 1-0 tras un fallo en la entrega de Patxi Dávila, interceptado por Jorge Barba, que fusiló a Diego Mirón (1-0-Min. 22). El defensa visitante había tenido un cabezazo cuatro minutos antes que pudo ser el 0-1. Puro fútbol, que te hace viajar del infierno al cielo, y viceversa, en un suspiro. En el segundo tiempo se reescribiría esta teoría tan diáfana como natural, con el defensa levantino del Coria de protagonista.

Celebración del gol de Jorge Barba, que hace un gesto de rabia. José Pedro Jiménez

El duelo entre Kamal y Fernando Pino en la disputa de cada balón adquirió por momentos caracteres épicos mientras el Coria arriesgaba en una defensa firme con Rubén Alegre y Pedro Melli impecables y Juanjo Chavalés y Patxi mirando más el ataque que la defensa. En el Cacereño, la manija de Jael era también pura delicatessen, como la de Sergio Gómez, pero el partido bajó un tanto en intensidad al final de este periodo, en el que el decano fue ligeramente superior.

El segundo tiempo tuvo más lecturas interesantes en la pugna por el gobierno del juego. El Coria apretaba un poco más y Rai fue cambiando sus piezas con la intención de crear más peligro y tener más verticalidad. Sin embargo, el primero en avisar fue Jorge Barba. Qué talento el suyo en otra acción personal que se encontró con la respuesta salvadora de Diego Mirón. El partido crecía en intensidad y en la grada se palpaba que todo podía ocurrir. 

Tras avisar Luque en otra jugada marca de la casa dejando sentado a Gayoso, a Patxi Dávila le aguardaría la cara positiva del fútbol con un remate a gol tras el lanzamiento de una falta. Qué facilidad la de este lateral izquierdo para hacer goles (1-1.min. 64). Era la bendita condición de la justicia que a veces (afortunadamente no siempre, hay que darle emoción a este maravilloso juego) aparece en el fútbol, la justicia del trabajo y de la creencia en sí mismo para lograr los objetivos. Pura vida. 

El partido estaba desde ahi más abierto aún. Podía ocurrir cualquier cosa y parecía que el grupo de Rai manejaba mejor l os tiempos. Al Cacereño le entraron las prisas, Cobos movió piezas y retiró a unos extasiados Kamal y Jael. Esta vez sus movimientos no dieron el fruto de los anteriores duelos. El bajón físico del CPC lo aprovechó el Coria para dominar más el balón en busca del triunfo, aunque creó escasas opciones en ese tramo definitivo.

Con Teto muy activo y Javi López al mando de las operaciones tras entrar ambos en el campo, el Cacereño vivió de las contras, ya que el Coria estaba más fresco físicamente. En la más evidente de todas las opciones del partido, un centro de José Ramón fue rematado fuera en inmejorable posición por Solano. Eran los estertores del encuentro y el frenético duelo ya no hubiera dado para más. 

El Coria no hubiera merecido perder, pero el Cacereño quizá sí ganar. Hubiera sido un final inesperado, pero la equidad venció. El histórico primer derbi en SegundaRFEF podrá ser registrado con un calificativo de notable para los anales.