Los técnicos Juan García y Miguel Rubio, entrenadores del Mérida y del Moralo respectivamente, son muy buenos amigos. «Nos queremos mucho, pero queremos más a nuestros hijos», reconocía el técnico emeritense, y ambos se han contado las penas de cómo llegan sus equipos al duelo copero que tienen este miércoles en el Romano José Fouto a partir de las 20.30 horas en lo que a bajas se refiere. Como es lógico, estos equipos no están preparados para tener dos partidos por semana, y van a acumular cuatro encuentros en once días, algo que están notando sus plantillas.

En los locales, la nómina de bajas ha aumentado en dos hombres más, Héctor Camps, que ya se sabía, pues tuvo que dejar a su equipo con diez en las postrimerías del último partido por una luxación de hombro que le tendrá alrededor de un mes de baja, y Nacho González, que ya tuvo que ser sustituido el pasado domingo por un golpe en las costillas y del que se espera que esté para el partido del domingo en Don Benito (17.00).

El resto, los cinco habituales: Pedro Lagoa, Emilio Cubo, Diego Parras, José Gaspar y Chirri Monje. Este último tendrá que pasar definitivamente por el quirófano para operarse el hombro, lo que le convertirá en una baja de larga duración. Esto hace suponer que el club irá en breve al mercado en busca de un sustituto teniendo en cuenta la acumulación de lesiones y la cortedad del plantel. 

La nómina de lesiones en el Moralo tampoco es corta. En la victoria de la semana pasada frente al Plasencia tanto Kupen como Andoni tuvieron que ser sustituidos por problemas físicos, y Clifford se resintió del tobillo. Además, varios jugadores están entre algodones por las exigencias del arranque de competición.

Ante esta tesitura, ambos entrenadores reconocen tener máxima confianza en jugadores del filial, de los que seguramente se verán obligados a tirar, bien desde el inicio o a lo largo del partido. Por ser de mayor categoría y jugar en casa, el Mérida llega a la cita con la vitola de favorito, pero precisamente esta circunstancia puede generar una responsabilidad añadida al cuadro local, que en toda la temporada no sabe lo que es ganar en su feudo y que, precisamente, tras dos victorias consecutivas a domicilio, llega de perder en su estadio frente al Coria. 

La falta de obligatoriedad puede hacer todavía más peligroso al cuadro moralo, que llega en un buen momento de la temporada, tras eliminar al Tenisca y ganar al Plasencia para colocarse segundo en la clasificación.

Es un encuentro de pago. El precio para los abonados es de dos euros, además podrán sacar otras dos entradas más en su zona al precio de cinco euros cada una. Para los no abonados, el precio general es de doce euros en tribuna y diez en preferencia, la entrada infantil cuesta la mitad. Para la afición visitante se ha enviado un paquete de 50 entradas a diez euros, además en la taquilla el día del partido también puede adquirirlas al mismo precio.