María Romero Garrido (Plasencia, 2-8-1999) será una de las protagonistas del derbi de la Liga Femenina Challenge entre Alter Enersun Al-Qázeres Extremadura y Hierros Díaz Miralvalle Extremadura. La escolta, que esta temporada promedia 6,7 puntos en 19,46 minutos, acaba de volver a Plasencia tras una larga etapa en Cáceres que terminó de forma abrupta con su salida hacia Barakaldo mediada la pasada campaña. Asegura que no se arrepiente de las decisiones que ha tomado en su carrera, que ahora ha adquirido un nuevo rumbo.

¿Es un partido especial, como reza el tópico? 

Pues... al final es un partido más y le doy las mismas vueltas que si fuese otro, pero para mí sí es especial. Que se juegue y que gane el mejor.

¿Con qué se queda de sus cinco temporadas y media en Cáceres? 

¡Yo las cuento como seis! Soy una persona que intenta sacar de lo menos bueno, lo positivo. Los años que estuve allí me han servido para crecer como jugadora. Puede ser que no hiciese los números que muchos se pensaba que iba a hacer, pero ahora me doy cuenta que agradezco mucho haber tenido compañeras de la WNBA, internacionales por sus países... También los entrenadores que pasaron. Me inculcaron un baloncesto que ya digo que agradezco.

¿Tener enfrente en los entrenamientos a rivales mejores que usted la mejoró tanto, pese a pisar poco la pista en los partidos? 

Me peleaba como la que más. Era competitiva y quería jugar. Me daba igual quién se pusiese por delante. Me quedaba con cosas de mis compañeras porque cuando eres joven eres como una esponja y vas absorbiendo todo lo bueno.

¿Piensa que debía haberse marchado antes a un equipo de categoría inferior a la Liga Femenina para poder jugar más? 

Si ha pasado así es porque tenía que pasar de esta manera. Me reitero: habré jugado más o menos, pero me llevé un montón de experiencias que jamás pensé que podía tener. Si hubiese ido a otra categoría antes, todo el baloncesto que me enseñaron estas profesionales no lo hubiese obtenido nunca. Nunca me arrepiento de las decisiones que tomo.

¿Qué tal le vino irse a Barakaldo mediada la temporada pasada? 

Yo no estaba bien mentalmente en el Al-Qázeres y la opción de salir fuera de mi zona de confort me abrió la puerta a seguir jugando, a encontrar motivación. Barakaldo fue una experiencia y allí me di cuenta de que lo que me gusta es competir hasta que mi cuerpo pueda o las circunstancias me dejen.

Al final terminó de vuelta en el Miralvalle este verano... 

Estoy muy contenta. ‘Rula’ [Pérez, el entrenador] fue muy claro conmigo cuando hablamos. Yo lo que necesitaba era confianza. Tengo que seguir cogiendo ritmo y me queda mucho, pero soy la misma jugadora. Los minutos me los tengo que ganar día a día. No me los van a regalar, y menos cómo es él. Su forma de entender el baloncesto me favorece mucho y tenemos un ‘feeling’ bastante bueno. Me conoce desde cantera. Sé cuándo tengo que aportar una cosa u otra y eso me hace sentir más cómoda dentro de la pista. Poco a poco iré dando más.

¿Cómo ve el partido del sábado?

Muy igualado. Lo bonito de esta liga es que es muy competitiva. No se ve claro favorito a nadie. Cada jornada siempre hay una sorpresa. Zamora, con el equipazo que tiene, lleva dos derrotas. Un derbi va a ser un partido bonito e intenso, como se vio en final de la Copa de Extremadura.