El Al-Qázeres roza la hazaña en Zamora

El Alter Enersun Al-Qázeres Extremadura sumó una derrota especialmente dolorosa, ya que mereció más en un encuentro muy igualado en el que tuvo contra las cuerdas a uno de los gallitos de la categoría, el Recoletas Zamora (67-65).

Comenzó algo impreciso el Al-Qázeres ante un Zamora mucho mas acertado que pronto abría la primera brecha (7-2, minuto 2). Pero las pupilas de Jesús Sánchez no se dejaron llevar por el nerviosismo, consiguieron controlar el rebote y, con un cambio de defensa, empezaron a generarle problemas a las locales, que encajaban un 2-9 y veían como las extremeñas le daban la vuelta al marcador justo cuando se alcanzaba el ecuador del primer cuarto (9-11).

El partido se igualó. Las idas y venidas eran una constante y aunque el Al-Qázeres no bajaba la guardia, Zamora castigaba cada error (19-16), una renta que Miscenko elevaba a 5 puntos en el inicio del segundo cuarto (21-16). Pero una vez mas la zona extremeña se le atragantaba a las zamoranas. Las visitantes tampoco conseguían anotar con facilidad, pero pese a todo y a base de coraje y paciencia iban recortando distancias hasta igualar (24-24, min. 16).

Green rompía la sequía local y volvía el toma y daca, hasta que un triple de Mollenhauer culminaba la reacción (29-31, minuto 18). Las extremeñas conseguían ampliar la diferencia a cuatro puntos (31-35, descanso).

Dos triples consecutivos de las zamoranas daban al traste con la ventaja visitante (37-37, minuto 23). Una vez mas, sin embargo, Al-Qázeres abría un pequeño hueco (37-42). La igualdad era máxima , pero la falta de banquillo pasaba factura a las extremeñas, que llegaron a ir perdiendo de 6 puntos a 1:29 para el final del cuarto (50-44). Un nuevo arreón en defensa, una canasta de Zaragoza y un triple de Vujacic volvían a apretar el marcador (50-49, min. 30).

Las cacereñas completaron un parcial de 0-10 (50-54, min. 32), pero dos triples de las locales volvían a ponerlas por delante (61-60 a 4:31). En la recta final la defensa local se impuso claramente. Una canasta de Gala Mestres, dos perdidas de balón propias y un tiro fallado en el último segundo por parte de Mollenhauer decidían.