A saber a quién se le ocurrió en la Federación Española de Baloncesto ponerle a la nueva segunda división el nombre de Liga Femenina Challenge, pero acertó si se refería a cómo la están afrontando los dos representantes extremeños. La palabreja inglesa significa «desafío», que exactamente lo que está suponiendo para Alter Enersun Al-Qázeres Extremadura y Hierros Díaz Extremadura Miralvalle. Quizás hasta demasiado desafío porque los dos equipos están teniendo muchos problemas para adaptarse a una competición mucho más exigente de lo que esperaban en principio. Ambos se han ido de vacaciones navideñas con mucho por mejorar, aunque cada uno con sus matices correspondientes.

AL-QÁZERES

La insoportable etiqueta del recién descendido

Es una vieja norma que suele funcionar en el deporte: el equipo que acaba de descender desde una categoría superior, aspira inmediatamente a recuperarla y es nombrado entre los favoritos a lograrlo, sí o sí. El Al-Qázeres 2020-21 está pagando ese peaje, aunque ya a estas alturas, con cinco victorias después de 16 encuentros, poco puede sostenerse ya que esté entre los ‘grandes’ de la Liga Femenina Challenge. Su sino, a no ser que mejore mucho, está en intentar salvar la categoría: es cuarto por la cola y bajan los dos últimos.

¿Por qué? Económicamente, el club quizás no pudo aspirar a las mejores piezas del mercado el pasado verano y tuvo que hacer una plantilla bastante ‘creativa’, con apuestas de jugadoras que habían sido notables, pero no sobresalientes, en la LigaFemenina 2, y otras novatas en España. Ninguna está siendo regular. Buen ejemplo esConchi Satorre: es una gran anotadora, pero pierde demasiados balones y flojea en los tiros libres. Ni ella ni Patri Vicente son bases puras y eso se nota en ocasiones. Por dentro, los números reboteadores son buenos con la gran ayuda de Crystal Primm, mientras que Alexy Mollenhauer alterna la buena puntería con el abuso del tiro. Yaiza Lázaro supera por ahora a Sara Zaragoza en el papel de pívot nacional.  

Las estrecheces presupuestarias también llevaron a hacer ‘de la necesidad, virtud’ confiando en una estructura en la que las canteranas, acostumbradas a lucir en la débil PrimeraNacional extremeño-manchega, tuviesen minutos. Sira Hisado y Pilar Cambero los están aprovechando y pueden tener futuro.

La consecuencia ha sido perder un buen ramillete de partidos, algunos siendo vapuleado vilmente como en los recientes partidos ante Alcobendas y Ardoi y otros en los que se compitió de forma admirable. La derrota en la pista del líder, el Barça, tras unas históricas cuatro prórrogas, fue una buena muestra de lo mal que gestiona los finales de partido, con demasiados errores básicos.

MIRALVALLE

Arranque espectacular, hundimiento y esperanza

Un poco peor le ha ido incluso al Miralvalle, que ha ganado cuatro partidos de 16 y está un puesto por debajo, aunque al menos terminó con una sonrisa incontenible el 2021 con su victoria en la histórica pista del Joventut.

El árbol de ese 76-79 no debe ocultar el frondoso bosque que supuso encadenar doce derrotas consecutivas anteriormente. No deja de ser curiosa la trayectoria de un equipo que gana sus tres primeros encuentros y pierde los doce siguientes.

El porqué esta vez hay que buscarlo en lo sucedido alrededor deMiriam McKenzie, en quien se confiaba como gran referente exterior debido a su estupendo currículum como profesional del baloncesto en Europa. Demostró que efectivamente era una gran anotadora en el segundo de los tres triunfos del principio, en la pista del Celta, pero después todo se truncó con una lesión que no terminó de solucionarse y su relación con el club y algunas de sus compañeras se deterioró muy rápidamente. Terminó saliendo, como no podía ser de otra manera, pero se tardó mucho en sustituirla. Victoria Reynolds está todavía en periodo de adaptación. 

El equipo ha ido tirando como podía, administrando sus evidentes limitaciones. Ije Uchendu también ha arrastrado problemas físicos y poco autocontrol por momentos, mientras que Kamilah Jackson, potente en ocasiones, no ha sido del todo fiable. Alicia Morales, espectacular la pasada campaña en Liga Femenina 2, tiene más problemas para hacer valer su ordenador mental en la Challenge. Como ella, Laia Moya, María Romero y Nicole Mugurarren también son aún jóvenes en desarrollo. Quizás el mayor acierto está siendo la búlgara Karina Konstantinova, incorporada en lugar de María González a poco de iniciarse la liga, pero añadió el problema de que solo puede haber tres extranjeras en cancha al mismo tiempo.

Quedan 14 jornadas --incluyendo un derbi, el 12 de febrero en Plasencia-- para dilucidar si los extremeños son dignos del desafío. Bajar sería un grave retroceso en sus proyectos.