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PRIMERA RFEF

Orgullo infinito de la chavalería

La gesta del Extremadura en Irún provoca el elogio de gran parte del fútbol nacional

Orgullo infinito de la chavaleríaExtremadura UD

En Almendralejo no se habla de otra cosa en estos días que de la brillante gesta lograda por ‘Los 14 de Irún’ el pasado sábado en el Stadium Gal. «Todavía estamos en una nube. Hemos venido aquí al polideportivo todos y al vernos todavía no nos lo creíamos. Es algo increíble lo que estamos viviendo. No sabíamos que podía tener tanta repercusión» decía Alex Murillo, uno de los héroes de la machada en Irún. Alex fue el encargado de dar el grito de guerra en el vestuario de Irún. Casto y Morcillo, los únicos veteranos que quedaban del primer plantel, le cedieron ese honor. Quedará para siempre en la retina. 

Da la coincidencia de que Alex no sólo era el capitán del filial, sino también el entrenador del equipo juvenil que ayer hizo de filial ante el Trujillo. Alex y sus compañeros llegaron a las seis y media de la madrugada del País Vasco, pero ayer quisieron apoyar a los suyos y a su entrenador Cisqui en este partido. «Lo que hicimos en Irún no hubiera sido posible sin Cisqui». 

Tras el pitido final y el sorprendente 0-1, las reacciones no se hicieron esperar. El que ha sido capitán del Extremadura durante la primera vuelta, Kike Márquez, participaba en un Twitter Spaces de Radiogolex para decir que «ha sido algo increíble. Cuando han marcado he saltado y me he quitado la camiseta. Yo me he tenido que ir, pero me siento parte. Es un orgullo lo que han hecho los chavales y han demostrado que pueden estar ahí», decía. 

Con orgullo lo vivió también Willy, otro ex capitán azulgrana ahora en el Córdoba:«ha sido tremendo. Conforme pasaban los minutos veíamos que lo podían lograr. Me alegro mucho porque la afición y el club se merecían un subidón como éste».

En el Café Manuela, que lo regenta el padre de Manu Mulero, otro de los héroes, la familia Mulero vibró como nunca. «Ha sido muy emocionante. Hemos estado enganchado y llorando de emoción tras el final» decía Lorenzo, tío de Manu Mulero. 

Las redes sociales ardieron en mensajes de alabanza y orgullo hacia los chavales, que viajaron los casi 800 kilómetros de Irún a Almendralejo subidos en una nube de emoción. El Instagram se plagó de fotos de recuerdos de cada uno de ellos, recibiendo cientos de mensajes por horas. 

Manuel Mosquera se sintió orgulloso «y me alegra mucho por las familias de estos chavales. Y por Casto y Morcillo. Y por todos vosotros, el pueblo de Almendralejo. Porque todos somos el Extremadura». El técnico gallego confesó en una entrevista que «espero que esto suponga de verdad un punto de inflexión y los que vengan hayan visto de lo que somos capaces. Creo que esto lo va a cambiar todo».

También Cisqui, entrenador del filial, tiene mucha culpa del partidazo de los chavales. «Yo sabía que podían hacerlo. Son muy buenos y saben lo que hacen».

El Extremadura edificó en Irún una gesta mayúscula en el momento más crítico de su historia. Por delante, días claves para su futuro. Un club que roza la inmortalidad. 

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