Javier Varona nació en Estados Unidos, pero como él mismo dice, «eso fue de casualidad». Ha vivido siempre en Burgos. Después, una unos años, se fue a hacer las Américas, a probar suerte. Pero el destinó acabó jugándole una mala pasada. En realidad se la jugó a todo el mundo. A principios del 2020 hizo la pretemporada con el DC United, equipo de la capital estadounidense, pero justo cuando iba a comenzar la temporada, el covid-19 irrumpió en la vida de todos y dio al traste con sus planes. Ahora, juega en el Diocesano, donde vuelve a disfrutar cien por cien del fútbol.

Varona (Virginia, Washington DC, 1998) es el dueño del lateral izquierdo del líder de la Tercera RFEF extremeña. Adolfo Senso, Fito, ha confiado en este yankee burgalés en 15 de los 16 partidos disputados. El pasado domingo logró su primer gol con el conjunto rojillo, un tanto que sirvió para rescatar un punto en el duelo ante el Llerenense (1-1). «¡Llevaba sin meter un gol en Tercera... ni me acuerdo los años!», dice con naturalidad, feliz, sobre todo, «por poder ayudar así al equipo».

Este lateral izquierdo llegó al Dioce el pasado verano con la difícil misión de hacer olvidar a Patxi Dávila, y aunque su efectividad goleadora es menor (tampoco es esa su función), lo está consiguiendo.

Entrenador en el alevín

Llegó a Cáceres a través de un contacto que en el pasado había jugado en el juvenil de División de Honor del Diocesano. Los primeros contactos fueron en el verano del 2020, aunque no hubo acuerdo. Sí lo hubo el pasado verano. «Mi amigo me había hablado muy bien del club y eso es lo que me he encontrado», explica él, que entrena a uno de los equipos alevines del Dioce.

Antes de jugar con el Diocesano Varona lo había hecho en el Burgos Juvenil (llegó a entrenar con el equipo de Segunda B) y en el Bupolsa, de Tercera. Tras año y medio, lo dejó para probar algo nuevo. «Decidí cambiar de aires». Se fue a Estados Unidos, a «una especie de liga de verano» donde había muchos ojeadores. «Se me dio bien, cumplí lo que quería, que me viesen, y terminé entrenando en el filial del DC United». Y en este punto volvemos al principio de la historia.

Tras varios meses en EEUU (allí viven sus abuelos maternos), volvió a España. «No tenía muchas ofertas», reconoce. Se fue al Burgos Promesas, de reciente creación, y de ahí al Bribiesca, de Preferente, «al que le debo bastante», y ahora el Dioce, con el que pelea por subir a Segunda RFEF.

No oculta que el ascenso está ya en el pensamiento de todos. «Sería de tontos decir que no estamos para ascender», apunta con sinceridad, «pero hay que seguir trabajando, hay que defender la posición». Y la primera parada en esa carrera es Navalmoral de la Mata, donde el domingo se enfrentan al Moralo, con el que perdieron en la primera vuelta (0-3), una espinita que los colegiales quieren sacarse. «Les tenemos ganas, sí, pero es un partido más. Si queremos ascender hay que ganar a todos», concluye Varona.