PRIMERA RFEF

Casto Espinosa cuelga los guantes

El portero deja el Extremadura y tiene decidido finalizar su carrera tras cumplir 39 años

Casto Espinosa

Casto Espinosa / Alberto Lorite

Casto Espinosa cuelga los guantes. Tras 20 años en activo dentro del fútbol profesional, contabilizando cuatro temporadas en Primera División y otras 10 en Segunda, el guardameta natural de Pueblonuevo del Guadiana tiene decidido dejar el fútbol una vez conocida ayer su desvinculación definitiva del Extremadura UD, que pierde a uno de los últimos baluartes que conservaba. 

A sus 39 años, Casto no se marcha por su físico ni mucho menos por su estado de forma, que sigue siendo soberbio bajo palos, como demostró hace unas semanas en un apoteósico último partido para su trayectoria en Irún. El guardameta está cansado, psicológicamente muy tocado después de unas últimas temporadas en Almendralejo que le han hecho replantearse si merecía la pena seguir jugando. Casto no ha vivido una situación para nada profesional en los últimos meses en el Extremadura y eso le ha minado mentalmente. El jugador ha preferido no conceder entrevistas todavía, pero tiene muy clara la retirada «porque uno se va dando cuenta de que ya es el final y quiere estar cerca de la familia». 

Fue Paco Miranda el que le dio la alternativa a Casto en el Mérida de Segunda B de la temporada 2001-2002, con apenas 19 años. Era aquel Mérida de Olivar, Carrizosa, Lauri y, precisamente, un Juanma Barrero de compañero que hoy es técnico de los romanos. 

Pasó unos primeros años buscando oportunidades. En el Logroñés y en el Albacete, antes de desembarcar en el Real Betis. Fue en la temporada 2007-2008 cuando Chaparro, que había estado antes en el CF Extremadura, lo hizo debutar en Primera en un Betis 3 Almería 1 en diciembre de 2007. En aquel Betis de Arzu, Juanito, Pavone, Edú, Melli o Capi, el portero extremeño se asentó y tuvo parte de continuidad. Eso le valió para estar seis años en la portería de Heliópolis con entrenadores como Tapia, Víctor Fernández o Pepe Mel, que le dio mucha confianza. Después pasó un año en Murcia, en Segunda; y seguidamente logró el ascenso a Primera con Las Palmas de Paco Herrera. Luego pasó dos años en Almería y otro en Alcorcón antes de regresar a su tierra para unirse al proyecto del Extremadura en Segunda. 

No fue fácil para el cancerbero su llegada a Almendralejo, pues un problema burocrático lo dejó sin ficha en la primera vuelta, lo que le generó un enfado monumental y muchas tensiones. Luego se hizo con el puesto y, desde entonces, ha sido el portero titular del equipo. 

En los últimos meses, prefirió no ejercer de capitán del equipo al no estar muy de acuerdo con al política que estaba siguiendo el club y dejó que fueran otros los que gestionaran este apartado. Casto siempre ha sido franco en sus acciones y ha aguantado y estirado su límite para llegar a jugar aquel partido en Irún. Trataron de convencerle para el partido ante el Athletic B, pero su cabeza y las falsas expectativas no han podido. Casto dice adiós tras una gran trayectoria como profesional. 

Soluciones

Sin Casto en plantilla, sólo queda Morcillo de los supervivientes de inicios de temporada en el primer plantel que ayer entrenaba en la ciudad deportiva preparando el partido del jueves ante el Talavera.

El Extremadura sigue buscando soluciones para inyectar, al menos, 2,5 millones de euros de manera inmediata que salven la entidad. El grupo inversor de Páez y Moreno seguía negociando en las últimas horas con entidades financieras un crédito que permita poner el dinero de inmediato. Las horas vuelan y el Extremadura tiene que pagar la organización del partido del jueves, de momento, sin luz verde por parte del administrador concursal, que no autorizará ni un euro, sino hay una solución de verdad. Otro match ball para el Extremadura. El enésimo de una historia que ni termina ni se soluciona.