Uno de los enfrentamientos clave de la final de Champions es el que medirá a la defensa del Real Madrid, compuesta previsiblemente por Carvajal, Alaba, Militao y Mendy, contra el tridente atacante del Liverpool, que, salvo sorpresa, será el formado por Mané, Salah y Luis Díaz. Los dos primeros, de sobra conocidos; el tercero, un ariete con chispa que ha completado la dinamita de Klopp. Llegó hace apenas cuatro meses al equipo red, que pagó algo más de 44 millones de euros al Oporto (récord invernal).

El entrenador del Liverpool describió al delantero colombiano como “un jugador que se adapta como un guante a nuestro fútbol”. Con seis goles y cinco asistencias en los 25 partidos que ha disputado hasta ahora, se ha ganado el cariño de Anfield. Su importancia es tal que fue el auténtico resorte de la remontada del club inglés en la semifinal frente al Villarreal. Los que siguen su trayectoria desde las canchas de Barrancas, su pueblo natal, en La Guajira, afirman que su éxito está en seguir disfrutando del fútbol como el primer día.

Etnia Wayúu

“Lucho sigue siendo ese muchacho humilde que entra a cada cancha a divertirse, independientemente del dinero que gane. Él vive el fútbol como cuando salía al campo que tenía delante de la casa de su abuela. Allí jugaba hasta que caía la noche. Los que lo conocemos sabemos que será siendo así hasta el final de sus días”, cuenta a EL PERIÓDICO DE ESPAÑA, diario perteneciente al grupo Prensa Ibérica al igual que este medio, John ‘Pocillo’ Díaz, exjugador entre otros de Millonarios, uno de los equipos más laureados de Colombia, y descubridor del ariete del Liverpool.

John ‘Pocillo’ era el entrenador de la Selección Indígena de Colombia que participó en 2015 en la Copa Americana de los Pueblos Indígenas, un torneo pensado para visibilizar todas las realidades territoriales de sudamericanas y que fue un escaparate para talentos como Luis Díaz. El jugador colombiano pertenece etnia Wayúu, un pueblo indígena que habita en la península de la Guajira, la parte nororiental de Colombia, y que ha sabido adaptarse a las inclemencias del clima desértico. El pueblo de Lucho figura en los mapas, principalmente, porque lo atraviesa una línea de ferrocarril.

El equipo de fútbol de la selección indígena de Colombia. John 'Pocillo' Díaz

Pero su padre, Manuel Díaz, fue el primero que creyó en él. “Él tenía una escuela de formación en el departamento de La Guajira. Fue el primero que se esforzó en darle fundamentos a su hijo. Fruto de la explosión de Luis, aquel centro de formación consiguió firmar un convenio con el Barranquilla FC”, donde militó el jugador del Liverpool, que fue quemando etapas a base de esfuerzo y siempre tutelado, bien por la figura de su papá, bien por entrenadores como el Pocillo Díaz, quien lo reclutó para la Selección Indígena de Colombia. En aquel proceso igualmente colaboró el Pibe Valderrama, mito del fútbol del país y que hacía de cara visible de aquel combinado nacional.

Flaco desgarbado

“Vinieron a jugar 120 equipos de todo el país a Bogotá. Y ya en el primer partido recudo que me dije el Pibe: ‘Miren al flaco desgarbado ese, va a ser jugador de fútbol profesional’. Y así fue”, recuerda el exseleccionador, rememorando un aspecto físico que Luis Díaz ha transformado en Europa, aunque todavía tiene camino por recorrer en ese sentido.

En sus inicios era un joven más bien raquítico, lejos de un peso acorde a sus 1,78 metros. Tiempo después, en su primera experiencia profesional en el Junior de Barranquilla -en concreto, en su filial- le obligaron a subir 10 kilos y someterse a una dieta proteica para reforzar su masa muscular. Pero ya entonces tenía el don de dominar mejor que nadie lo impredecible. En el torneo que le permitió hacerse un nombre el Colombia, Luis Díaz asumió los galones, anotando goles decisivos, responsabilizándose de las jugadas a balón parado y encaminando al equipo colombiano a una final en la que perdió contra Paraguay.

Luis Díaz.

Luis Díaz.

“Luis tiene varios talentos. Es, sin duda, uno de los mejores con la pelota pegada al pie. Es muy rápido y tiene gran capacidad para dejar rivales por el camino”, señala su instructor, poniendo énfasis en esta característica de dominio de la posta frente “a muchos delanteros que explotan cuando le echan la pelota o se adelantan”.

A estilo llegó tras pulir defectos. “Se le terminaba el campo. Llevaba la cabeza muy abajo y desafortunadamente no la levantaba para asociarse con sus compañeros. Esto le pasaba cuando jugaba de delantero puro. Así que decidimos alargarle la cancha para que jugara de volante o de extremo”, recuerda el exjugador colombiano en un análisis pormenorizado de la conversión hacia el cazador del área que es actualmente.

Colombia - Oporto

“Nos dimos cuenta que tenía tendencia a ir hacia dentro y con la pierna derecha su remate no era muy potente. Decidimos cambiarlo de perfil y funcionó. Fue así como nació el jugador que es ahora, mezcla de potencia y técnica”, completa uno de sus mentores, tremendamente orgulloso del camino recorrido por Lucho, que, como tantos otros grandes jugadores colombianos, dio el salto a Europa vía Oporto.

Su fútbol ya había llamado la atención de varios del Viejo Continente, pero fue el equipo portugués el que pujó más fuerte, cerrando una operación de 7 millones de euros. Luis Díaz siguió la estela de Radamel Falcao, James Rodríguez, Jackson Martínez o Freddy Guarín, iconos colombianos que destacaron en el Estadio do Dragao.

Le bastó una temporada para ser declarado el mejor de Portugal. Las actuaciones con el Oporto las complementó con un exitoso recorrido con la selección de Colombia, que llega al Mundial de Qatar solo por detrás de Brasil y Argentina, en parte gracias al rendimiento de su delantero. Fue el más destacado de la Copa América 2021 que se disputó en Brasil, donde anotó un gol que fue candidato al Premio Puskas como mejor tanto del año. Tras el torneo, su valor de mercado se disparó por encima de los 80 millones de euros.

“Pasar por el Oporto le ayudó a habituarse a Europa, haciendo más fácil su transición al Liverpool. Pero hay un factor innato en él. Cuando entra al terreno de juego, se toma el fútbol como un juego. Y esto es importantísimo para su estilo”, defiende Pocillo Díaz, quien, pase lo que pase en la final de Champions, considera que es un jugador que aún no ha encontrado su techo.

Titular para Klopp

“Me atrevo a decir, conociéndole, que en dos años aspirará a ser el mejor jugador del mundo. Le falta seguir potenciándose con Klopp, para el que es y será un futbolista importante”, explica. La simbiosis con el entrenador alemán ha sido total, a pesar de las dificultades con el idioma de Luis Díaz, quien se explica mejor con el balón en los pies.

Frente al Villarreal, en la vuelta de Champions, cuando el partido se le puso cuesta arriba al Liverpool, Klopp recurrió al colombiano como arma arrojadiza. Anotó un gol de pura inteligencia y desmarque, pero además completó los cuatro regates que intentó, entregó con éxito 18 de 20 pases y ganó cuatro de los cinco duelos que disputó.

Le bastaron 45 minutos para ser declarado como el MVP de la noche. Todo apunta a que será titular frente al Real Madrid, “estoy seguro”, dice quien fue tutor de un futbolista con la portería entre ceja y ceja, que ha caído de pie en Anfield y que el conjunto de Ancelotti deberá anular para allanar su camino hacia la decimocuarta.