Fútbol. Primera Federación

El Mérida, de Felipe Tarriño a Carlos Cinta

El día del homenaje al eterno utillero romano el canterano anotó el primer gol romano en la categoría

Tarriño, mostrando su emoción.

Tarriño, mostrando su emoción. / AD Mérida

El día que el Mérida homenajeaba a un histórico del club como Felipe Tarriño, utillero del equipo desde hacía casi cuarenta años, y al que le llegaba su merecida jubilación, entraba en la historia de la entidad otro emeritense, un canterano, Carlos Cinta, que pasará a los anales como el que marcó el primer gol del Mérida AD en la categoría de la Primera Federación.

Con Tarriño se va una parte del escudo, tal y como quiso mostrarle el club romano en el homenaje previo al partido del pasado sábado con la entrega de varios obsequios y con la realización del saque de honor, aunque él reconoce que nunca se va a ir del todo y afirma que el mejor momento que ha vivido fue “el primer ascenso a Primera”, y que de las decepciones, “han sido tantas que prefiero quedarme con lo bueno”.

Si el homenajeado fue el protagonista en la previa, el canterano lo fue al final del choque. Seguramente en el fuero interno de los aficionados romanos la alegría fue un poquito mayor de lo que suele ser celebrar un gol porque lo hizo un chico de la cantera. 

Carlos Cinta, celebrando su histórico gol.

Carlos Cinta, celebrando su histórico gol. / AD Mérida

La vuelta al primer equipo del máximo goleador de la Tercera Federación la temporada pasada levantó suspicacias porque venía a ocupar una ficha senior para una posición tan trascendental como la de delantero. Sin embargo, David Rocha, director deportivo, sabía de su potencial pues había entrenado con él, y estaba convencido de su fichaje, teniendo en cuenta que el club no podía hacer dispendios económicos.

Hasta el momento, los minutos de Cinta están llegando en los tramos finales de los partidos, como revulsivo, y estaba ofreciendo buenos minutos, aunque sin suerte de cara a portería, como el resto de los delanteros. Hasta que el pasado sábado Artiles hizo una apertura medida a la derecha, Nando Copete hizo el control perfecto para centrar cómodamente y Carlos Cinta al ver salir el balón del pie del compañero «solo pensaba en comerme el área y la portería, e intentar meterla como fuera, puse la punterita y para dentro», y a partir de ahí un carrusel de emociones que pasaron por la cabeza del delantero, que en esa semana había perdido a su abuelo, por eso «se me han pasado miles de cosas, aparte de la ilusión que me hacía marcar en mi casa, en el Romano, ante mi gente, aparte, quería meter por dedicárselo a mi abuelo, solo quería dedicárselo a mi abuelo me abrazaran los que me abrazaran». Y todos fueron a abrazarle mientras él señalaba al cielo.

El resto ya es pura historia, pero la historia de los clubes las marcan los momentos y las personas como Felipe Tarriño y Carlos Cinta, emeritenses en el club de sus vidas.

Suscríbete para seguir leyendo