No hubo acuerdo y todo parece encaminado a un juicio. El representante legal del Cacereño y los exjugadores verdes Rubén Sánchez y Javito zanjaron su cita este martes en un breve y nada productivo acto de conciliación en Cáceres.
Todo se dirimirá, salvo giro de los acontecimientos, en los tribunales de justicia porque los dos jugadores van a seguir adelante con la demanda al club, que despidió a ambos alegando «motivos disciplinarios». Ni uno ni otro quisieron jugar con el equipo filial, que era lo que pretendía la entidad, una vez que Julio Cobos, el técnico, no contaba con ellos.
«Yo tengo ficha de aficionado y me dieron la comunicación del despido el día 2, por lo que no tenía tiempo porque estaba fuera de mercado, que terminaba el día 1», expresó Rubén hace dos semanas, una afirmación que contradice radicalmente a la versión del club, que insistía en que aún podía jugar en Segunda Federación, como ha hecho finalmente Javito, que fue al Brea aragonés. El centrocampista sí tiene ficha de profesional del fútbol.
El futbolista cacereño dice que va a intentar hacer valer sus derechos y que irá hasta el final con su demanda al Cacereño, al tiempo que asegura que en las últimas horas, «y a día de hoy», el club no le había ofrecido nada para arreglar la situación. «Me acogeré al contrato», expresó dolido el joven futbolista local.
Mientras tanto, en el CPC no alegaron nada en concreto en un acto que se prolongó apenas cinco minutos al considerar que les asiste la razón y que el despido ha sido procedente.
Ahora, en los próximos meses se verá quién de las dos partes sale airosa de esta situación en una coyuntura anómala y que pocos podían esperar en julio.
