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Assan trata de robar el balón a un jugador del Leganés B instantes antes de que el partido se parara por la lluvia.LORENZO CORDERO

Fútbol. Segunda Federación

El Diocesano no domina los elementos

Los colegiales pierden en Pinilla ante el Leganés B en un partido que se tuvo que interrumpir por la intensa lluvia (2-3)

2 - Diocesano: Miguel Cordero, Manu, Varona, Armenta, Rubén del Valle, Assan (Dani Sales, min. 70), Javi González, Iván Cabellud (Pablo Guerrero, min.70), Pablo Margallo (Pliego, min. 84), Pitu Viera, Dieguito (Sergio Rivera, min. 84).

3 - Leganés B: Alviz, Zekri (Arauz, min. 46), Armenteros, Navarro (Vesprini, min 87), Alberto Salido (Perea Jr., min. 80), Caio Lopes (Romaric Jr., min. 46), Arratia, Alba, Dorian, Ro, Álvaro José (Rentero, min. 46).

Goles: 1-0: min. 32, Dieguito. 1-1: min. 57, Alberto Salido. 1-2: min. 64, Dorian. 2-2: min. 76, Dani Sales. 2-3: min. 86, Dorian.

Árbitro: Jorge Álvarez Dorado (Comité Andaluz). Amonestó a los locales Pablo Margallo y Pitu Viera; y a los visitantes Zekri, Alba y Rentero. 

Incidencias: Partido disputado en los campos Manuel Sánchez Delgado ante unos 250 espectadores. En la primera parte diluvió y el partido se detuvo durante unos 15 minutos.

El Diocesano no dominó los elementos. No al menos los que sirven para ganar los partidos de fútbol. Se adelantó cuando más difícil lo tenía, cuando el viento y la lluvia habían convertido los campos de Pinilla en una ‘piscina’ sobre la que era imposible jugar. Y perdonó cuando dominaba con una falta de contundencia que le llevó a encajar ante el Leganés B (2-3) la que es su segunda derrota consecutiva.

Fue el de Pinilla este sábado un partido de muchas fases y muy diferentes. En los primeros 20 minutos controló el filial pepinero, que asfixió al Dioce en su parcela del campo. Después aparecieron la lluvia y el viento. En tanta abundancia, que apenas se veía y el árbitro tuvo que suspender el partido. Todos a vestuarios y el público refugiándose como podía. Casi un cuarto de hora estuvo parado el partido, los últimos minutos, ya con los jugadores en el terreno de juego, por una balsa de agua que había bajo el césped artificial en un punto del campo. Conversación entre el árbitro, los entrenadores y el delegado de campo y, cuando en la grada se pensaba en la suspensión, el colegiado mandó seguir.

Los jugadores del Diocesano se dirigen a los vestuarios cuando el partido se paró por la intensa lluvia.

En esta fase ya no se jugaba al fútbol. Era imposible. Lo más importante era no fallar. El balón se quedaba atrapado en los charcos y el Dioce, con el viento en contra, sufría mucho. Pero como esto del fútbol no tiene a veces lógica, fue en ese momento en el que se adelantó el conjunto colegial. Centro desde la izquierda, un par de rebotes dentro del área y Dieguito mete la pierna para colar el balón en la portería. 1-0, minuto 32. Y un instante después, penalti muy claro sobre Assane que no pitó el colegiado. 

El Dioce se fue a vestuarios mostrando un dominio sobre el otro fútbol que le permitía mandar. 

Acción del primer gol del Diocesano, obra de Dieguito.

El clima dio una tregua. El terreno de juego se recuperó y el fútbol pudo volver. El Leganés B hizo tres cambios de inicio para tratar de controlar, pero quien lo hizo fue el conjunto local. Suyo fue el dominio y, liderados por un gran Pablo Margallo (que estrenaba titularidad), tuvieron varias ocasiones, pero sin acierto. 

Intercambio de golpes

Un cabezazo de Alberto Salido permitió al Lega igualar en el 57. Pablo Margallo pudo marcar en el 63, pero su disparo casi desde dentro del área, estando totalmente solo, se fue fuera por muy poco. Se lamentaba el jugador de Montánchez. Y justo a continuación, Dorián marcaba para darle la vuelta al marcador (1-2). 

El Dioce estaba tocado, pero no había dicho su última palabra. Con disparos lejanos llevaba el peligro a la portería rival y así igualó Dani Sales, que enganchó la bola fuera del área para colarla casi por la escuadra. 

Pero el fútbol es defender y atacar. Y el Leganés B, que aún no había saboreado las mieles de la victoria, tiene muy buenos jugadores, como Dorian, que en el 86 se aprovechó de un despiste defensivo para superar por alto la salida de Miguel Cordero con la puntita del pie y alojar de cabeza el balón en la portería del Dioce, que tuvo la última en los pies de Viera segundos antes de que el colegiado pitara el final.

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