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Dani Rodríguez lanza ante la oposición de Devin Schmidt. Fueron los dos mejores del partido.Carla Graw

Baloncesto. LEB Oro

Devin Schmidt, la diferencia que impide ganar al Cáceres

Los 28 puntos del exverdinegro no permiten al conjunto cacereño sumar su primera victoria en casa (67-78)

67 - Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Dani Rodríguez (), Kaspars Vecvagars (4), Simas Jarumbauskas (0), Kevin Bercy (11), Vaidas Cepukaitis (9) -cinco inicial- Albert Lafuente (4), Lysander Bracey (7), Pablo Sánchez (0), Carlos Toledo (0), Willie Isiani (6), Julen Olaizola (8).

78 - Zunder Palencia: Chumi Ortega (11), Germán Martínez (9), Mathieu Kamba (5), Chema González (), Tanner McGrew (10) -cinco inicial- Devin Schmidt (28), Alec Wintering (8), Davis Rozaitis (2), Manu Rodríguez(2), Kamil Kostadinov (0). 

Marcador por cuartos: 20-21,42-42 (descanso), 54-59 y 67-78 (final).

Árbitros: Checa, Carpallo y Diz.

Incidencias: Décima jornada de la LEB Oro. 700 espectadores en el Multiusos Ciudad de Cáceres.

Entre Cáceres Patrimonio de la Humanidad y Zunder Palencia hay un abismo a nivel presupuestario, pero pareció que la diferencia entre ambos para que los visitantes ganasen en el Multiusos (67-78) estribó en un solo hombre que cambió de bando este verano: Devin Schmidt. Sus 28 puntos en solamente 21 minutos, la mayor parte de ellos en momentos determinantes, marcaron un choque en el que el conjunto de Roberto Blanco mejoró ostensiblemente respecto a anteriores actuaciones en casa, donde sin embargo sigue sin ganar.

Es un balance demasiado pesado para un equipo acostumbrado a cimentar sus temporadas en el calor del hogar. Al menos se ha cimentado la esperanza de que las cosas se están haciendo mejor y que el Cáceres parece un equipo más sólido, con más opciones, después de la llegada de Lysander Brayce. No es un ‘crack’, ni mucho menos, pero sí un jugador que puede condicionar al rival y da un perfil que hasta ahora no se tenía.

El marcador final es cruel porque en absoluto hubo esa diferencia sobre la pista. El choque se movió casi siempre en márgenes más estrechos, con un Cáceres mucho más combativo que en la mayor parte de lo jugado ya esta temporada. De hecho, su inicio fue realmente espectacular, con un 20-12 (min. 7) que permitía concebir esperanzas de dar la sorpresa ante uno de los colíderes. Se veía que era el día de Dani Rodríguez, mandón y con puntería, pero también el tono general a nivel defensivo se había elevado.

Sin embargo, Schmidt, que no había sido titular, apareció por la pista para poner orden con tres triples casi consecutivos. No será que en Cáceres no se haya disfrutado de sus virtudes, pero esta vez tocó sufrirlas. El modo en el que ve el aro con tal facilidad es un misterio que es difícil combatir, por mucho que se le pongan defensores en . El resultado es que eso enchufó a Palencia, pudiendo llegar al final del primer cuarto incluso por delante (20-21). 

Lysander Bracey encara el aro del Palencia.

No se arrugaron los verdinegros, cuyos reservas, con el siempre entregado Julen Olaizola ejerciendo de faro, regalaron un buen arranque del segundo cuarto. Bracey surgió con un triple que levantó al público de sus asientos y se respiraba competitividad, ganas de resarcirse en un curso en el que las tristezas están superando a las alegrías. 

Enfrente había un rival con un arsenal enorme, en el que cualquier jugador de su rotación de diez hombres sería titular en el Cáceres. Así le fue relativamente fácil resistirse al empuje local y Alec Wintering firmó una espectacular canasta sobre la bocina para establecer el empate al descanso (42-42). Había opciones, sin la sensación de ‘quiero y no puedo’ de partidos como los de Almansa, Gipuzkoa, Alicante y Cantabria también en casa.

Segunda parte

Se temía un mal arranque del tercer cuarto, como está ocurriendo demasiado a menudo, pero no fue así, o al menos no totalmente. Al Cáceres le costó anotar, pero lo compensó con un notable desempeño defensivo que mantuvo el escenario intacto. En el otro lado, Palencia seguía percutiendo con el martillo de Schmidt sin dar la sensación de que podía ponerse nervioso, acusar la presión de un público que se iba metiendo también en faena. 

Un pequeño acelerón le permitió entrar en los 10 minutos finales con una pequeña ventaja (54-59) que tampoco era inasequible. De hecho, Cáceres se llegó a poner muy cerca (63-66, min. 36) y soñó con el empate en ese momento, cuando un posible ‘2+1’ de Carlos Toledo se convirtió en una falta de ataque de Vaidas Cepukaitis. Y a la siguiente acción, en una postura imposible y tras golpear varias veces el balón en el aro, Schmidt anotaba otro triple. Ya no hubo manera de levantarse de ese golpe al mentón.

No es la liga del Cáceres, pero hubiese sido fantástico dar la campanada. Ahora viene otro partido de los complicadísimos en Burgos y el panorama es sombrío. Toca sufrir y apretar los dientes.

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