Fútbol. Primera Federación

Sandoval devuelve la calma al Mérida

El conjunto romano vuelve a la senda de la victoria con un gol en el minuto 68 en el duelo ante el Linense (1-0)

Juan Palomares se abraza con Sandoval, autor del gol, al final del partido.

Juan Palomares se abraza con Sandoval, autor del gol, al final del partido. / MÉRIDA AD

N. S.

1 - Mérida: Palomares; Felipe Alfonso, Nacho González, Bonaque, Álvaro Ramón; Acosta, Dani Lorenzo (Erik Ruíz, min. 89); Larrubia (Viñuela, min. 89), Sandoval (Akito, min. 73); Nando Copete (Busi, min. 86), Chuma.

0- Linense: Varo; Camara, Fran Morante, Borja López (Gerard Oliva, min. 73), Joel Del Pino (Delmonte, min. 81); Masllorens, Antonio Romero; Álex Guti, Omar Perdomo, Joao Pedro (Toni García, min. 56), Koroma

Gol: 1-0: minuto 68, Sandoval.

Árbitro: Fernando Román Román (Comité Castellanoleonés). Amonestó a Nacho González, Dani Sandoval, Luis Acosta y Álvaro Ramón, por el Mérida; y Antonio Romero y Toni García, por el Linense.

Incidencias: Estadio Romano José Fouto. 2.569 espectadores.

El Mérida llegaba al partido con la sensación del que lleva 25 horas sin cambiarse de ropa interior, tratando de aparentar comodidad pero con un cosquilleo en el cuerpo que le hacía dudar de si sonreír o llevarse la mano a la frente. Sabiendo que se movía en el alambre, a un lado estaban las buenas maneras que se han mostrado hasta en las peores derrotas y que han dulcificado las mismas; y al otro el mirar hacia abajo en la tabla y ver que, semana a semana, la distancia con los equipos que están en rojo iba menguando.

Y así, tras cuatro derrotas consecutivas en el Romano, el equipo volvía a su hogar. La baja de Meléndez clarificaba la alineación de Barrero en cuanto al centro del campo y dibujo se refiere. La de Cinta, por su parte, dejaba al bloque huérfano del tipo que en la primera vuelta clarificaba los choques anotando el primer gol de cada partido. Barrero, poco amigo de liar las cosas, mantenía su 4-4-2 habitual centrando a Copete junto a Chuma y colocando a Sandoval de inicio en su banda izquierda, tratando de que su profundidad hiciera daño al rival en la zona en la que acumulaba bajas. La Balona, por su parte, sin una clara referencia arriba pero con mucho mediapunta de buen toque y mucha movilidad, buscaba desordenar la salida de balón local y pescar en río revuelto.

Una acción del primer tiempo.

Una acción del primer tiempo. / MÉRIDA AD

Y lo consiguió de entrada. El Mérida, algo atenazado por la responsabilidad de la racha de resultados, con dudas a ambos lados de la línea del centro del campo. Sin balón, sin terminar de ajustar en las marcas, sufría cuando se asociaban los futbolistas de buen pie rival. Con balón el problema era doble. Ante la presión elevada de la Balona, tenía dos opciones: o sacar la pelota en corto, con el consiguiente riesgo, y, de forma habitual, la pérdida de la misma; o sacar en largo, lo que generó un incesante número de balones y duelos perdidos. Además, nunca tuvo la opción de girar al rival para hacerle correr, lo que llegó a desesperar a hinchada y jugadores. 

Las primeras ocasiones

Y eso que no arrancó mal, con una jugada por la banda izquierda que concluyó en un centro para que Dani Lorenzo rematara mal con su pierna menos mala, pero tras ella, la nada. De hecho, el gol estuvo más cerca del casillero rival. Primero, Omar Perdomo remataba al primer palo y Palomares despejaba a córner. Después, Camara cabeceaba alto una pelota que recibió como casi siempre, demasiado solo. Luego, otra vez el canario Perdomo, tras recibir en seco y desbordar hacia dentro, y, sobre todo, la de Koroma, que tras caracolear cerca del vértice del área lanzaba un latigazo que se estrellaba en la portería de Palomares. Se llegaba al descanso y el equipo local lo agradecía. Más allá de un disparo lejano de Sandoval en una falta directa, no se había vuelto a acercar.

El segundo tiempo

La segunda mitad trajo un cambio de guion, al menos de inicio. Los mejores minutos del Mérida, que parecía más asentado. Así, tardó poco en generar una ocasión, en un disparo de Larrubia a pie cambiado que Varo despejó a córner. Sandoval, en un remate centrado, y Acosta en un cabezazo alto, también lo intentaron. Incluso Álvaro Ramón puso un centro que un defensa de la Balona casi introduce en su portería. Felipe Alfonso profundizó por su banda y exigió seguridad a Varo. El Mérida, sin tener el control absoluto sobre el juego, llegaba a último tercio y finalizaba jugadas. Así, la afición arrancó en aplausos cuando Barrero llamó a Akito para que entrara al juego. Las instrucciones del cuerpo técnico a Fernando Torres fueron claras: Akito por el 7. Así lo mostró el delegado en su tabla. Pero la pelota no salía. El asturiano Sandoval, con el siete a la espalda y su último esfuerzo, recuperó una pelota, pasó a Chuma y pidió el balón al espacio. El balón parecía correr mucho y el futbolista del Mérida, no tanto, pero llegó, aguantó el forcejeo con dos defensas rivales, y definió con su pierna izquierda ante Varo. El primer gol de jugada del Mérida en lo que va de año.

Tras el tanto, y con un cuarto de partido por delante, Escobar movió piezas tratando de llegar al área de Palomares. Apenas lo consiguió. Gerard Oliva, fijando a los centrales, tuvo la más clara, pero el meta estuvo seguro. Omar Perdomo no dejó de intentarlo, pero el Linense parecía sin ideas, y el Mérida, sin fuerzas para salir a la contra pero creciendo en fe en cada jugada, trató de ganar tiempo al reloj con conducciones de Larrubia y con Chuma forzando faltas de espaldas a portería. Así, consiguió que el duelo muriera sin que el ritmo cardiaco de su grada sufriera demasiado, consiguiendo un maravilloso resultado que le coloca en la zona media de la tabla y, sobre todo, le hace cortar una de esas rachas que arrastran proyectos. El Mérida vuelve a respirar.