Baloncesto. XXX Trofeo Cáceres Patrimonio de la Humanidad

Luces y sombras en el último test del Cáceres

El conjunto de Roberto Blanco pierde su trofeo ante el Betis en un choque en el que estuvo muy irregular

Dikembe André avanza hacia la canasta rival.

Dikembe André avanza hacia la canasta rival. / Carla Graw

Pablo Talavera

Pablo Talavera

78 - Cáceres Patrimonio de la Humanidad: Hansel Atencia (8), Greg Gantt (11), Gael Bonilla (11), Juanjo Santana (15), Vaidas Cepukaitis (9) -cinco inicial- Remu Raitanen (7), Dikembe André (6), Dani Rodríguez (9), Lucas Sigismonti (0), Pau Carreño (2).

83 - Real Betis Baloncesto: Adriá Domenech (0), Caio Pacheco (13), Cameron Krutwig (20), Iliam Fevry (6), Nedim Djedovic (6) -cinco inicial- Pablo Marín (0), Pablo Almazán (5), Joaquín Rodríguez (6), Roko Rogic (4), Niko Rakocevic (9), Rihards Kuksiks (5), Ismael Romero (9).

Marcador por cuartos: 23-17, 37-47 (descanso), 56-65 y 78-83 (final). 

Incidencias: Final del XXX Torneo Cáceres Patrimonio de la Humanidad jugada en el Multiusos Ciudad de Cáceres ante la presencia de 700 espectadores.

El Cáceres Patrimonio de la Humanidad salió derrotado en la disputa de su trofeo, su último test de pretemporada, ante el Real Betis Baloncesto (78-83). En menos de una semana arrancará la LEB Oro con el Movistar Estudiantes como pareja de ese primer baile el próximo viernes en este mismo escenario (21.15 horas).

En el inicio de esta última prueba, entre fallos, robos y balones perdidos, el primer cuarto tuvo un nombre propio: Juanjo Santana. El talaverano abarcó 14 de los primeros 19 puntos locales, con canastas desde la pintura o desde el perímetro, indetectable para la floja defensa bética. La aportación de Santana fue suficiente para elevar la renta local a 8 puntos (19-11).

Anecdótico y cariñoso fue el zarandeo de Roberto Blanco con Greg Gantt, tras darle descanso con nula aportación, en cuanto a puntos, hasta mediados del tercer cuarto.Fue suficiente para mostrarle a él, y a todos, que espera que sea unos de los que tiren del carro, sobre todo, cuando vienen mal dadas.

Y es que, para entonces ya en el segundo cuarto, el Betis había remontado la ventaja local y empezaba a abrir brecha a su favor. El Cáceres había pasado a un modo más «amistoso» justo cuando el Betis apretaba más en defensa. Rápidas transiciones y las «bolas extras» de los rebotes propiciaron un parcial de 14-30 en el segundo cuarto y el equipo sevillano se fue al descanso con una ventaja de 10 puntos.

Santana machaca el aro del Betis.

Santana machaca el aro del Betis. / Carla Graw

También fue llamativa la arenga de Atencia con sus compañeros antes de reanudarse el juego tras el intermedio. El base colombiano parecía retomar un liderazgo que no había tenido en la primera parte. No surgió efecto. La defensa mejoró, pero el rebote defensivo no, lo que le permitió al Betis alcanzar una máxima ventaja de 16 puntos (40-56) y (45-61).

REACCIÓN SIN PREMIO

Unos destellos de Gael Bonilla y los puntos de Greg Gantt, por fin, junto a una notable mejoría, ya sí, del rebote defensivo, taponaron la sangría y permitieron al Cáceres entrar con chance al desenlace del partido. Se acercaron los extremeños a 6 puntos un par de veces, pero Krutwig o Pacheco echaban agua fría sobre la acalorada parroquia local que acudió en buen número.

El Cáceres había limado la desventaja, poco a poco, desde el trabajo, como siempre, y consiguió igualar el partido a falta de dos minutos.

Pero aún faltaba un protagonista por aparecer. Un viejo conocido: nada menos que Niko Rakocevic. Con el partido igualado, se jugó tres triples: el primero lo falló, el segundo lo metió y el tercero fue falta y encestó los tres tiros. Cuatro puntos de ventaja para el Betis a falta de un minuto. Un ataque infructuoso por equipo y Cepukaitis anotó de dos con adicional a falta de 6 segundos. El lituano lo falló, pero el rebote decisivo fue para el Betis.

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