Fútbol. Primera Federación femenina

Santi, jugadora, entrenadora... y soñadora en el Cacereño Femenino

Bárbara Santibáñez ejerce con pasión su condición de futbolista en Primera Federación con el equipo extremeño, a cuyo filial de una categoría inferior dirige desde el banquillo

La chilena, también con nacionalidad española, dice que quiere formar parte de la historia siendo seleccionadora en su país natal o ser la primera mujer en dirigir a un club de la Primera División masculina

A la izquierda, como futbolista. A la derecha, como entrenadora.

A la izquierda, como futbolista. A la derecha, como entrenadora. / Cacereño Femenino

José María Ortiz

José María Ortiz

Bárbara Santibáñez Flores, ‘Santi’, como siempre se le ha llamado como futbolista (Puente Alto, Chile, 23 de agosto de 1993) suele ser ‘Bárbara’ como entrenadora. Sí, esta chica extraordinariamente educada aglutina sin vértigo estas dos facetas, que lleva a gala con pasión en la estructura del Cacereño Femenino, club en el que milita desde hace cuatro años y del que no se cansa de decir que está muy agradecida "por todo lo que me ha dado”.

Santi protagonizó el domingo una de las escenas de la temporada en Pinilla cuando en el minuto 90 transformó el gol de penalti que supuso el triunfo del primer equipo ante el SE AEM de Lleida (1-0). La chilena festejó el tanto con las jugadoras del filial, que unas horas después jugaba en el mismo escenario con ella al mando desde el banquillo. Pura pirueta futbolística, rara avis para una profesional que, asegura en la entrevista que protagonizó este martes en este diario, tiene como principal sueño ser entrenadora de la selección chilena masculina y de un club de Primera División española o chilena… masculino. “Me gustaría ser la primera mujer que lo consiguiera”, apunta con incuestionable ambición.

“No sé si voy a estar viva para ver a una mujer en el banquillo de un hombre a esos niveles”, agrega convencida al tiempo que reivindicativa. “Lo de la selección siempre lo he tenido en mente. Es mi país, es mi referencia. Cuando decidí ser entrenadora pensé que no me gusta ser del montón. Siempre he tenido sueños muy ambiciosos. Ahora como está el fútbol vamos acercándonos las mujeres al mundo de hombres, pero aún queda mucho”.

Con doble nacionalidad desde el pasado año, es su séptima campaña en España, un país en el que quiere continuar su carrera profesional en cualquiera de los ámbitos en los que está preparada. “No me olvido de dónde vengo, de mis raíces y de mi cultura, pero lo de la doble nacionalidad te abre una puerta muy grande, a nivel personal y deportivo”, dice Santi. “Mi intención es quedarme. Vivo muy bien aquí, tengo metas y sueños por cumplir y están, de momento, aquí. La capacitación, el nivel y los medios están en Europa. En mi país estamos unos pasitos por detrás”, resalta la internacional chilena.

La génesis

Lo de conjugar ser jugadora en un equipo y entrenadora de su filial se gestó, explica la chilena, el pasado mes de abril. “Vimos las posibilidades. La temporada pasada fue bastante difícil a nivel deportivo. La última lesión de rodilla me mermó mucho y quizá no pude rendir lo que me hubiese gustado. Si continuaba con los dolores que tenía, hubiese sido solamente entrenadora, pero decidí darme una oportunidad desde otra faceta y vi las opciones. El club siempre ha tirado por gente de casa, que siente los colores, y me dieron la opción de compatibilizar teniendo las reglas claras. Al coincidir los partidos tenía claro que tenía que ir con el filial y lo asumí para restarle carga a mi rodilla, me venía bien, y de momento esta temporada no me duele absolutamente nada”.

Un momento de la entrevista.

Un momento de la entrevista. / Cacereño Femenino

De lunes a viernes sigue siendo jugadora, aclara. Los fines de semana la prioridad es del filial de Segunda Federación con el banquillo como ubicación para ella. Y así está esta temporada atípica, sabiendo su rol. ¿Sentirse desplazada siendo la segunda opción la de su condición de futbolista? “Desplazada no es la palabra, pero extraño el no jugar el fin de semana, ese nerviosismo de prepartido, de ver a mis compañeros, de la arenga antes de jugar, eso lo hecho mucho de menos, sobre todo en partidos vitales y cuando mis compañeras me dicen que quiere que esté”.

Incluso su rol como futbolista ha cambiado. Llegó como delantera, pero el desgaste físico le hace que ahora ocupe posiciones más de centro del campo. “Con Ernesto he jugado de punta, de media punta, de extremo, y ahora de medio centro”.

¿Qué sintió el domingo pasado? ¿Fue uno de los goles de su vida? “Tengo poca memoria, pero está claro que a nivel anímico y emocional fue muy emotivo. Las chicas del filial me van a abrazar, además con la felicidad que lo hacen y también al final la manifestación de orgullo por mí evidentemente me hace sentir que se están haciendo las cosas bien, que llego a ellas de forma diferente y que somos una familia dentro del club. Esto repercute tanto en el filial como en el primer equipo”.

El penalti

Cuestionada sobre cómo se fraguó lo de lanzar el penalti, Santi explica que Ernesto Sánchez, el técnico, suele dar libertad para coger el balón y asumir la responsabilidad. “Miré alrededor y vi que ninguna compañera tuvo la iniciativa. Carmen (Acedo) fue a buscar el balón y al final fui yo el que asumí la responsabilidad. Nerviosa estaba como la que más y era el minuto 90, pero era consciente de lo que nos jugábamos. Teníamos clarísimo la trascendencia y salió bien quizá por la experiencia y la cabeza fría”.

Por la tarde, con ella en el banquillo, derrota del filial ante el Valencia B (0-1). “Fastidia siempre perder. Por eso no disfruté tanto el +3 de por la mañana. Lo vivo intensamente, aunque de manera distinta a como jugadora, pero a nivel de ánimo es una situación que me hace reflexionar mucho y estar ‘jodida’ muchas horas, me hace pensar muchísimo en soluciones”. Eso es, en realidad, su propia filosofía como deportista. “El filial no tiene presión, pero somos futbolistas y estamos para ganar, no para empatar ni para perder”.

 Y es que Santi, licenciada en Ciencias del Deporte, además de entrenadora y jugadora, ejerce de oficial de mesa en baloncesto (“me picó el bichito cuando vi a Delia, mi compañera del equipo, que fue la que me introdujo en el tema y me lo he tomado en serio y me gusta y ayuda a abstraerme del fútbol”) y entrenadora personal a domicilio. Además, estudia una diplomatura de ‘coaching deportivo’ y también periodismo deportivo. Está, además, preparando el UEFA B de entrenador en Mérida, donde recibe clases de Juan García. “Termino el día cansada, sí, tengo mucho en qué entretenerme”,agrega. “Me quedan cosas pendientes, como estudiar inglés”, añade.

Cáceres, su sitio

 Asegura Bárbara Santibáñez tener la sensación que su vida se vinculará siempre al fútbol. ¿En Cáceres? “Por mí me quedaría lo que más pueda, porque es mi casa y mi familia, es mi ciudad. Dentro del club siento que siempre se me ha dado muchísima confianza y se me quiere, tanto a nivel directiva como a nivel compañeras. Creo que a este club le hace grande las personas”.

Su estilo como entrenadora no es el de dar voces. “Cambio bastante, aunque no soy de cambiar a la gente a chillidos, sino a través de instrucciones y refuerzos positivos, pero si tengo que reñirlas porque están haciendo un mal partido lo hago, evidentemente”.

Bárbara Santibáñez es positiva en su pronóstico para esta temporada en sus dos equipos. “El primero será séptimo u octavo, creo y el filial ahora vamos octavos y el objetivo es ser quinto o sexto, que creo que podemos en un año de transición”.

La deportista chilena dice estar convencida de que la evolución de la consideración del fútbol femenino en España está claramente en progresión. “Desde que llegué, hace siete años, ha avanzado mucho en todos los aspectos: en la vida de las futbolistas, en los medios, en la publicidad, en redes sociales de clubs… pero sí es verdad que cometemos el error de compararnos. Los hombres también empezaron así y no podemos compararnos con quienes nos llevan en desarrollo al menos 100 años. Tenemos que crecer en el contexto que vivimos y según nuestras capacidades. No podemos compararnos con alguien que nos triplica en todo”. Y es que Santi echa cuentas. “Esto es así. Se gana en función de lo que tú vendes. Quizás no vayas a poder vender lo que vende el masculino, pero sí va creciendo. Yo prefiero lento, pero seguro, que dar pasos agigantados y al final se estanque o se desmorone”. Santi y Bárbara, jugadora y entrenadora, Bárbara y Santi, entrenadora y jugadora, el desafío está servido.

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