El Azuaga se da un festín para avanzar ante el Villafranca

Rotundo 4-0 del Azuaga en su Municipal, lleno hasta los topes, en un encuentro que tuvo de todo, con goles, ocasiones, polémica y hasta tres expulsiones de un colegiado que tuvo el gatillo fácil. Enfado del Villafranca con la labor del árbitro, pero el doblete de Larry en el tramo final del primer periodo y de Francis Moreno en el compás final redondeaban un claro 4-0. Los rojiblancos jugarán la final ante el Coria.

De salida, mucha pugna en la medular entre rojiblancos y amarillos. No había claridad en los ataques y sí mucho respeto. Al cuarto de hora, con el extremo visitante Ritoré lesionado, peligro del Azuaga en dos centros al área que obligaban a la intervención de Imola en la meta de los de la Campiña Sur. Cambio obligado en el Villafranca y oportunidad del Azuaga para Larry.

Se animaba la tarde a pesar del fortísimo calor en el Municipal, desatándose la locura cuando un centro de Cortés lo controlaba Larry en el segundo palo, definiendo con clase. Camiseta de ánimo para el lesionado Chepe y euforia rojiblanca (1-0). Pavón obligaba al paradón de Joaquín en la oportunidad visitante un par de minutos después, siguiendo la jugada con un barullo en el área y tiro final de Benja fuera. Pedía penalti el Villafranca por un agarrón a Baaqi y lo que llegaba era el segundo gol local tras un testarazo de Larry a saque de esquina. 

Los visitantes se pudieron meter en la eliminatoria casi al descanso, en una falta en la media luna con disparo colocado de Javi Pérez que se perdió a dos palmos de la escuadra del marco del Azuaga.

En el segundo periodo se volcaba en ataque el Villafranca. Al cuarto de hora se iba Baaqi en carrera y, derribado por Emmanuel con claridad, la segunda amarilla dejaba al Azuaga con diez. Pero un minuto más tarde, en un forcejeo el ariete visitante Lucky soltaba un manotazo a Samed, segunda amarilla igual de evidente y diez contra diez.

Una llegada a placer de los locales, con muchos huecos, permitía a Francis Moreno hacer el tercero del Azuaga a placer. El mismo protagonista redondeaba la tarde de fiesta para los locales.

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