Fútbol / El día después del partido de la selección en Badajoz

España convence pero no llena en Badajoz

Aunque en la capital pacense se volcaron con ‘La Roja’, en el Nuevo Vivero pudieron observarse un buen puñado de asientos vacíos después de agotar hasta en dos ocasiones las entradas que se pusieron a la venta

La afición, en los aledaños del Nuevo Vivero para recibir al bus de jugadores

La afición, en los aledaños del Nuevo Vivero para recibir al bus de jugadores / Andrés Rodríguez

Luis Rollano

Badajoz volvió a vivir una gran tarde-noche de fútbol con la visita de la selección española a la capital pacense en el primero de sus dos amistosos de preparación para la Eurocopa. El encuentro, si bien tuvo cinco goles en una clara victoria de España ante un equipo semi amateur, fue de menos a más con una primera parte anodina y una segunda algo más edulcorada por los. Pero lo más destacado sin duda fue ver cómo, pese a un ambiente de fútbol que tiñó de rojo la capital pacense fue insuficiente para llenar el estadio. Aunque no hubo dato oficial del partido, lo que sí es seguro es que sí se vieron un buen puñado de butacas vacías en mitad de un notable colorido de camisetas, bufandas, banderas y caras pintadas con los colores españoles.

Ya desde horas antes del partido se intuía. La selección engancha y genera expectación pero no genera la histeria colectiva de hace no mucho. En San Francisco había buen ambiente en la fanzone, especialmente por los niños, aunque con una sensación de que la idea gusta, pero no enamora. La zona de Valdepasillas fue otro ejemplo. Había colorido, pero no una marea roja. Esta estaba junto al Puente Real, buscando el medio más eficiente para llegar al Nuevo Vivero teniendo en cuenta las restricciones de público.

En los aledaños del estadio, más de lo mismo. Se veía cómo el respetable iba llegando de forma escalonada, aunque la ausencia de establecimientos y locales de hostelería en las inmediaciones del Nuevo Vivero generó una división entre los que querían recibir a la selección y los que querían disfrutar de una previa más futbolera. Pero fue precisamente en el punto de acceso por el que llegó el bus de la selección dónde se concentró el grueso de la hinchada. Pese a ello, al sumar todos esos grupos de aficionados repartidos por Badajoz, el resultado no era de los 15.000 que reúnen las gradas del recinto pacense.

Y es que, después de ver con qué rapidez volaron las entradas para el partido en las dos ventanas que fueron puestas a la venta, todo hacía pensar que en el Nuevo Vivero no iba a caber un alfiler y todo el mundo daba por hecho el lleno. Tanto el 22 de mayo, día que se pusieron a la venta, como el mismo día del partido, que se abrieron algunas localidades liberadas por la afición visitante en el fondo marcador, el premio en forma de ticket estuvo reservado únicamente para los aficionados más rápidos, ya que las entradas apenas duraron.

Una jornada casi perfecta

La capital pacense fue elegida por cuarta vez para albergar un partido de la selección absoluta masculina. Aunque la última visita no queda muy lejana en el tiempo -septiembre de 2021-, por aquel entonces existían restricciones a causa de la pandemia de covid-19 que lastraron en gran medida que se pudiera vivir una fiesta. Habría que remontarse casi 20 años atrás, allá por 2006,para recordar una fiesta como la de este miércoles. En la que, tanto los habitantes de Badajoz, como los que llegaron de todos los puntos de la provincia pacense y también de la región extremeña animaron al mismo color que el resto de asistentes que acudieron de todas partes del país. 

Todo parecía indicar que iba a ser una fiesta perfecta a pesar de que la selección, aunque ostenta actualmente el título de campeón de la Nations League, no vive su momento más álgido a nivel mediático con nombres menos consolidados que los que tuvo en la época comprendida entre 2008 y 2012. No obstante, más allá de la anécdota del incidente técnico de la megafonía que impidió que los himnos se reprodujeran antes del partido, hubo un detalle -o varios- que disgustó a la parroquia local. La escasa cercanía con la que los futbolistas trataron a la afición, compuesta en un gran número por niños y niñas de corta edad, se ganó el abucheo del grupo de espectadores que se quedó a esperarles a la salida del estadio siendo una hora ya más que avanzada. La sensación de que esta nueva generación de deportistas está siendo más aislada y metida en una burbuja provocó el enfado y la frustración de una hinchada que sólo buscaba estar cerca de sus ídolos y arroparles a escasos días de iniciar la Eurocopa.

Por tanto, aunque a nivel global fue un día festivo y la parroquia local lo disfrutó, sí que hubo la sensación generalizada de que a esta selección española le ha faltado conectar más y mejor con su público de Badajoz. Una ciudad que lleva varios años sufriendo por el fútbol y que veía en la selección una distracción de olvidarse, al menos por un día, de todos estos sinsabores que su club le provoca.