Baloncesto

Bruno León, el futuro tranquilo del baloncesto

El Sagrado Corazón alimenta la prometedora carrera de un cacereño de 14 años que acaba de ser nombrado jugador más valioso del Campeonato de España infantil, donde ha promediado 43 puntos por partido

Bruno León, con el balón en uno de los partidos disputados en Betanzos.

Bruno León, con el balón en uno de los partidos disputados en Betanzos. / Santo Domingo de Betanzos

Javier Ortiz

Javier Ortiz

Nunca, absolutamente nunca, había pasado que un baloncestista extremeño jugando en un equipo extremeño hubiese sido nombrado jugador más valioso de un Campeonato de España de su deporte. Bruno León Tejera (Cáceres, 27-5-2010) lo consiguió la pasada semana defendiendo los colores del Vitasalud Sagrado Corazón en Galicia. El chico ha sido la auténtica sensación del evento, llevando a su equipo a una inhabitual cota de los octavos de final y liderando la clasificación de anotadores.

Alternando las posiciones de base y escolta y con un increíble manejo de balón que recuerda -perdón- al de Drazen Petrovic, domina la dos manos y es muy coordinado. Lo suyo ha sido un auténtico escándalo. Las exhibiciones de cara a canasta que suele protagonizar en un contexto menos competitivo como los Judex, en la cita nacional empezó haciéndole 50 puntos en la victoria ante el Easo Basket Urupel (89-82), continuó con 35 frente al San Cermín (en solo 27 minutos porque el triunfo estaba claro, 92-55) y culminó en la fase de grupos con 54 contra el Nexo ETT Novobasket, siempre con un porcentaje de acierto muy alto.

En los octavos la historia fue diferente. El Universidad Europea del Atlántico planteó una fortísima defensa contra León, que tuvo que afrontar dobles y triples marcajes a menudo. El Sagrado no pudo culminar su remontada del último cuarto (78-61) y su estrella se despidió dejando una tarjeta de 34 puntos y nada menos que 17 faltas recibidas.  

Máxima calma

Con este panorama, casi lo normal sería que, confirmado su nombramiento como MVP, las cabezas se descontrolasen. No parece que vaya a ser así. «Es un chaval supertranquilo, que sabe que lo que ha pasado es casi una anécdota. Lo importante es que disfrute jugando como ha pasado siempre, desde muy niño», comenta su padre, Juanjo León, que trabaja en la Asociación Down Cáceres. «De pequeño le dijimos que tenía que hacer una actividad deportiva y otra cultural. En la deportiva probó fútbol, taekwondo y baloncesto se quedó con esto. Y en la cultural, hizo hasta 4º de saxofón», añade.

Precisamente en el conservatorio se gana la vida la madre, Sonia Tejera, otro pilar clave en su vida. «Nosotros nunca le hemos presionado para nada, pero ella se pone tan nerviosa en los partidos que se tiene que ir del pabellón a veces», cuenta el padre entre sonrisas. El lema es, literalmente, «humildad, trabajo y pies en el suelo», alejar cualquier posibilidad de que en casa se esté alentando un futuro juguete roto porque todos son conscientes de que a la élite llegan muy poquitos, por mucho que metan medio centenar de puntos en campeonatos de España.

Bruno saca buenas notas en 2º de la ESO, matriculado en el Norba Cesarina de Cáceres. «Él sabe perfectamente que como no apruebe, como mínimo, no habrá baloncesto. Y está cumpliendo. A nivel familiar hablamos poco de basket, la verdad. Anoche mismo estuvimos viendo fútbol y viendo Aquí no hay quien viva y luego se acostó», recalca Juanjo León. A sus otros dos hijos, Pedro y Carmen, tampoco se les da mal la canasta.

Las ganas

Es curioso porque el Sagrado Corazón ha engendrado en su seno a la otra gran esperanza del baloncesto formativo extremeño actual, un Nico Marina que esta temporada ha debutado con 14 años en la Liga EBA. Ambos, Nico y Bruno, han coincidido esta temporada en el equipo cadete del club, en el que el joven León no desentona pese a ser todavía infantil.

¿Hay una fórmula mágica ahí dentro o es solo generación espontánea? Pilar García, la presidenta del club y que también apuesta por no exacerbar los elogios para que las promesas no pierdan el camino recto, habla de que «indudablemente tienen talento, porque si no sería imposible, y nosotros lo único que hacemos es encauzar las ganas que tienen de jugar».

El entrenador del Sagrado infantil es Santi Fernández, que destaca de él que es «un niño más, muy humilde. No es egocéntrico ni va a meter sus puntos y ya está. Está contento cuando gana estando con sus amigos, que son sus compañeros». De la experiencia en Galicia apunta que «ha disfrutado de estar entre los 16 mejores equipos de España, pero está muy tranquilo»

En su análisis técnico afirma que «siempre ha tenido mucha habilidad, desde que era muy pequeño. Bota muy bien y finaliza muy bien con ambas manos. Cualquier aspecto técnico que tú le propongas él se la toma como un juego, una diversión, porque no deja de ser como un niño. Y lo intenta un par de veces y lo consigue».

Bruno León.

Bruno León. / E. P.

Fernández le ve, por ahora, como mucho más un ejecutor que un generador, «pero no es nada egoísta y si tiene un pase a un compañero mejor situado, lo da».

Mide 1,73 y se cree que puede dar todavía un buen estirón, como sugieren sus antecedentes familiares. Bruno León seguirá intentando crecer con la camiseta naranja y el número 30 a la espalda, pasándose el balón por debajo de las piernas constantemente y encarando el aro con una tremenda agresividad. Es el futuro. Y si no lo es, tampoco pasará nada.

Suscríbete para seguir leyendo