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España se somete al examen extra que el FMI hará al G-20

El Gobierno español someterá sus políticas económicas a un nuevo escrutinio que el Fondo Monetario Internacional (FMI) hará a los miembros del G-20, las economías más ricas y emergentes del planeta. España, invitada a las cinco cumbres celebradas desde que estalló la crisis, no forma parte del grupo oficialmente, aunque ha consolidado su presencia y la vicepresidenta económica, Elena Salgado, anunció ayer que el Ejecutivo ha decidido participar en este examen. El Gobierno da por hecho que España se ha ganado ya su presencia futura en este foro global, configurando lo que Salgado empezó a llamar G-21.

En las conclusiones de hoy, segundo y último día de la cumbre, se añadirá un anexo con las fichas de cada país en las que se mostrarán los datos sobre su sistema fiscal, financiero y las reformas estructurales llevadas a cabo.

Esas fichas, realizadas por cada país miembro, serán revisadas por el FMI, que realizará recomendaciones. Salgado no explicó ayer la regularidad de los exámenes ni cuándo empezarán, datos que se esperan conocer hoy. Lo que sí dijo es que no se prevé que el G-20 sancione a los países que no cumplan con las advertencias del organismo.

En este caso, esas recomendaciones, que el FMI ya viene haciendo a cada país de manera singular, cumplirán una máxima: comprobar que las políticas decididas en cada Estado no perjudican al resto de países. Todo para lograr el "marco para un crecimiento sólido y equilibrado".

La cumbre empezó anoche en Seúl con una cena de trabajo que duró dos horas y media, una más de lo previsto. Antes de la cena, el presidente español saludó al presidente de EEUU, Barack Obama, con quien estuvo hablando unos cinco minutos sobre los resultados de las recientes elecciones legislativas en el país norteamericano.

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