Jordi Sevilla deja Red Eléctrica por su pugna con Teresa Ribera

Un año y medio después de acceder al cargo y más de dos años antes de que venciese su mandato, Jordi Sevilla dimitió ayer como presidente de Red Eléctrica por sus continuas desavenencias con la vicepresidenta de Transición Ecológica, Teresa Ribera. El choque es inusual, ya que el Gobierno de turno es el que elige al máximo dirigente de la empresa semipública que gestiona las líneas de alta tensión. El consejo de administración tratará hoy la renuncia.

El exministro socialista tomó la decisión este domingo y, según fuentes próximas al consejo, transmitió al resto de consejeros sus «razones personales» para dejar el cargo. En el sector, su mala relación con Ribera era un secreto a voces e incluso se especula con que ha empeorado hasta el punto de que puede haber adelantado su salida, que se habría querido anunciar en unas semanas con un sustituto ya decidido.

Sevilla consideraba que Transición Ecológica trataba de injerir permanentemente en la gestión de la compañía. Frente a ello, el ministerio alegó que Red Eléctrica «es una empresa anónima, que cotiza en el Ibex, y la vicepresidenta respeta escrupulosamente la autonomía de la compañía y las decisiones personales de los trabajadores de la empresa, y por supuesto de su presidente».

PROPIEDAD DEL ESTADO / Red Eléctrica es una empresa singular. Pese a tener una mayoría de accionistas privados, el Estado es el máximo propietario (tiene el 20% del capital y por ley no puede bajar del 10%). Además, una limitación legal hace que ningún otro inversor pueda tener más del 3% de las acciones. Con cada cambio de Gobierno suele relevarse el presidente. Desde el 2004, el puesto lo han ocupado un exministro socialista como Luis Atienza, un exsecretario de Estado del PP como José Folgado, y otro exministro socialista, Sevilla.

La convivencia entre Sevilla (que no cobrará indemnización por haber renunciado a ella al acceder al cargo) y Ribera ha vivido varios momentos de tensión. La rebaja de la retribución de la compañía impulsada por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ha sido de los más relevantes. En el Ministerio no gustaron las críticas que Sevilla lanzó contra el regulador, mientras que en Red Eléctrica se consideró que Transición Ecológica pudo hacer más para condicionar los términos del debate y de las discusiones.

La cuestión de fondo es conceptual: la compañía no quiere limitarse a ser un operador del sistema de transporte de electricidad. Por ello, ha impulsado operaciones como la compra de Hispasat por 933 millones y la adquisición junto con un socio colombiano de la brasileña Argo por 382 millones, mientras paralelamente aprobaba el primer ajuste de plantilla de su historia para poder cumplir su plan estratégico. Para el Ministerio, el problema es que la empresa pueda cargar de extracostes al sistema eléctrico regulado de España para financiar sus actividades paralelas.