La crisis económica provocada por el covid está arrastrando a un mayor número de personas migrantes al trabajo irregular. O lo que popularmente se conoce como trabajo ‘en negro’. El Centre d’Informació per a Treballadors Extrangers (CITE) de CCOO ha presentado este martes su memoria anual y constata que el número de personas atendidas durante el 2021 que ejercían sin permiso de trabajo ha aumentado en el último año. Según los datos presentados, casi el 70% de las personas atendidas que trabajaban lo hacían de manera irregular; 10 puntos más que un lustro atrás. 

El aumento del trabajo no regulado es una tendencia que ya venía al alza en los últimos años, especialmente alimentada por las personas que huían de Colombia, Honduras o Venezuela debido a las situaciones de violencia de sus países de origen. Migraciones no planificadas y forzadas por la violencia y la inestabilidad económica. Pero que el coronavirus ha acentuado ese auge del trabajo no autorizado, pues a menor movimiento económico, menor posibilidad de encontrar empresas dispuestas a expedir permisos de trabajo. "Esa precariedad se ha visto muy agravada por la crisis sanitaria", ha declarado el director del CITE, Carles Bertran.

El CITE atendió durante el 2021 a un total de 12.569 personas solo en alguna de las 31 oficinas que tiene repartidas por Cataluña. Y el retrato robot más frecuente es el de una mujer latinoamericana, madre de familia y que está empleada ‘sin papeles’ como trabajadora del hogar. Este colectivo ha sufrido con especial virulencia la crisis covid, según cuentan desde el CITE y coincide con las denuncias de otras entidades como Sindillar o Mujeres Unidas Entre Tierras. Pues al principio de la pandemia muchas trabajadoras del hogar fueron despedidas -ya fuere por miedo a los contagios o por la caída de ingresos de sus empleadores- y muchas de ellas todavía no han recuperado las mismas horas de trabajo (e ingresos).

Pendientes del 189 de la OIT

Esa tendencia a que parte del empleo perdido en el hogar también se refleja en las estadísticas oficiales, si bien las trabajadoras del hogar que acuden al CITE pero tienen todos sus permisos laborales en regla y cotizan a la Seguridad Social son una clara minoría. El 76,7% de las atendidas no tiene autorización laboral. Volviendo a las estadísticas oficiales, en diciembre del 2019 había dadas de alta un total de 395.683 trabajadoras del hogar en toda España y dos años después esa cifra es de 377.930, el 4,5% inferior a antes del covid. Si bien el mercado laboral español está en plena efervescencia y bate récord de ocupación, parte de las trabajadoras del hogar no participan de esa bonanza.

Desde CCOO han reiterado su exigencia al Gobierno de que ratifique y despliegue el convenio 189 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Este es un código de protecciones sociales y buenas prácticas para acabar con la precariedad en el sector del trabajo del hogar. Compromiso público del Gobierno de coalición pero que todavía no ha materializado. "¿Qué modelo de cuidados tenemos? ¿Traspasar a personas sin formación el cuidado de nuestros mayores solo porque les pagamos menos?", se ha preguntado Bertran.