Tipos de interés

La banca europea ya paga el 3% por los depósitos mientras la española los mantiene en el 2,31%

A medida que el BCE ha ido retirando liquidez del mercado en los últimos meses para reducir la inflación, los bancos españoles han empezado a pagar más por los depósitos, sobre todo las entidades más pequeñas y las digitales, mientras que las grandes van más despacio

Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Frankfurt (Alemania).

Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Frankfurt (Alemania). / DPA / BORIS ROESSLER

Pablo Allendesalazar

La distancia entre lo que los bancos europeos pagan de media por los nuevos depósitos y lo que abonan las entidades españolas vuelve a ensancharse. La banca del continente se comprometió a pagar una media del 3,03% en los nuevos depósitos a plazo suscritos en agosto por los hogares, algo más que en julio (2,83%) pero notablemente por encima del 0,51% de agosto del año pasado, mes posterior a la primera subida de tipos del Banco Central Europeo (BCE) para combatir la inflación. De forma significativa, el tipo medio de estos productos de ahorro ha superado la barrera del 3% por primera vez desde enero de 2012, plena crisis de la deuda del euro. Frente a ello, los bancos españoles redujeron mínimamente el tipo de los nuevos depósitos en agosto, del 2,33% de julio al 2,31%, con lo que el diferencial con la media europea ha aumentado de 0,5 a 0,72 puntos porcentuales, según datos del BCE y el Banco de España.

Tradicionalmente, la diferencia entre lo se paga por los depósitos en España y en la unión monetaria no ha sido tan abultada. Desde que comienza la estadística en 2003, el diferencial ha sido normalmente de unos pocos decimales o incluso de centésimas. De hecho, ha habido periodos en que los bancos españoles pagaban más que los europeos, como entre 2004 y 2006 (para financiar la burbuja inmobiliaria) o entre 2007 y 2011 y en 2012 (por la gran crisis bancaria). Sin embargo, en los últimos meses la diferencia llegó a dispararse hasta rozar el punto porcentual (1,65% en la zona euro y 0,67% en España en enero), debido a que las entidades españolas aprovecharon su amplia liquidez para no subir la remuneración de los depósitos y que sus resultados se beneficiaran aún más del encarecimiento de los créditos. 

A medida que el BCE ha ido retirando liquidez del mercado en los últimos meses para reducir la inflación, los bancos españoles han empezado a pagar más por los depósitos, sobre todo las entidades más pequeñas y las digitales, mientras que las grandes van más despacio. Se trata, eso sí, de un proceso lento, ya que la caída de la demanda de crédito hace que necesiten menos recursos. Tanto el Gobierno como el banco central, de hecho, han instado al sector en el último año a elevar no solo el interés de sus créditos, sino también el de los depósitos. Pero los bancos, después de elevar el tipo medio en 1,66 puntos entre enero y julio, en agosto le aplicaron una ligera reducción. 

Empresas y cuentas corrientes

Como viene sucediendo desde 2016, además, los hogares siguen recibiendo una remuneración por sus depósitos muy inferior a la de las empresas. Estas, así, obtuvieron un 3,11% por las imposiciones a plazo que suscribieron en agosto, 0,8 puntos porcentuales más que las familias. La consecuencia de esta tendencia de años es que el tipo medio del saldo de depósitos (no de las nuevas operaciones) se situó en agosto en el 1,38% para los hogares y el 2,67% para las compañías. Hay que tener en cuenta, asimismo, que el 90% del dinero de los particulares depositado en los bancos está en cuentas corrientes remuneradas al 0,13%, cuando en 2014 (año en que el BCE situó los tipos en negativo para reactivar la economía) se repartía más o menos a partes iguales entre cuentas y depósitos a plazo. Es decir, que a los bancos les resulta mucho más barata su financiación minorista que entonces.

La subida del tipo de los depósitos a plazo de los últimos meses ha provocado que los hogares cerraran agosto con 97.908 millones de euros destinados a estos productos de ahorro, 32.253 millones y un 49% más que en el mismo mes de 2022 y 4.404 millones y un 4,7% más que en julio. Sin embargo, el dinero guardado en cuentas corrientes ha vuelto a bajar (hasta los 887.325 millones), ya que las familias están destinando sus recursos a paliar el golpe de la subida de tipos y la alta inflación (mayores repagos adelantados de las hipotecas) y a otros productos mejor remunerados (letras del Tesoro y fondos de inversión). Ello ha provocado que la suma total que tienen guardada en los bancos bajase a 985.338 millones en agosto, 10.544 millones y un 1% menos que un año antes y 3.191 millones y un 0,3% menos que en junio. 

Crédito más caro

Por el lado del crédito, el tipo de las nuevas hipotecas concedidas en agosto a los hogares en España se elevó ligeramente del 3,77% del mes anterior al 3,86%, casi el doble que un año antes (2,03%) y su nivel más alto desde febrero de 2009. Al contrario que en los depósitos, en este campo no hay diferencias con la zona euro (3,85%, máximo desde agosto de 2011), lo que implica que las entidades españolas obtienen una rentabilidad mayor de sus clientes que sus homólogas. En el conjunto de la cartera, de hecho, el tipo medio que afrontan ya los hipotecados españoles es del 3,44%, más de un punto porcentual superior a la media de la eurozona (2,31%).

Los hogares cerraron agosto con una deuda en créditos bancarios de 688.007 millones de euros, un 2,3% menos que un año antes. Así, la demanda está cayendo -como pretendía el BCE al subir tipos- debido al encarecimiento de los préstamos y al menor poder adquisitivo a causa de la alta inflación, a lo que se suma que los repagos adelantados se han acelerado. En las hipotecas, así, se registró una bajada del 3,2%, hasta los 498.269 millones, compensada parcialmente por el alza de otro tipo de créditos como los de consumo (0,3%). Por su parte, la financiación bancaria a las empresas bajó más: el 4,4%, hasta los 463.541 millones.