Para 2040

La AIE avisa de que se necesita duplicar la red eléctrica actual para conectar todas las renovables previstas

El organismo dependiente de la OCDE ha elaborado su primer estudio sobre esta materia, en el que concluye que el mundo necesita "duplicar o renovar" los 80 millones de kilómetros de redes que existen actualmente de aquí a 2040 si quiere cumplir los objetivos climáticos y asegurar la seguridad del suministro

Torre de electricidad.

Torre de electricidad.

Sara Ledo

Las redes eléctricas amenazan con convertirse en el gran cuello de botella de la transición energética. Con unos 3.000 gigavatios (GW) haciendo cola para conectarse a la red en todo el mundo, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) urge a empresas y gobiernos a aumentar el ritmo de despliegue y modernizar la infraestructura para evitar el colapso. El organismo dependiente de la OCDE ha elaborado su primer estudio sobre esta materia, en el que concluye que el mundo necesita "duplicar o renovar" los 80 millones de kilómetros de redes que existen actualmente de aquí a 2040 si quiere cumplir los objetivos climáticos y asegurar la seguridad del suministro.

Las redes son la columna vertebral del sistema eléctrico al conectar entre sí generación y consumo. Son esos enormes cables que se ven en las carreteras y en las ciudades conectando un punto con otro por el aire (aunque también pueden ser submarinas, llamadas interconexiones). Se dividen entre baja tensión, que es la que llega a los usuarios residenciales y a los comercios (redes de distribución), y alta tensión, que es la que conecta las centrales de generación con las redes de distribución y los grandes consumidores industriales (redes de transporte). Según la AIE, en 2021 había en todo el mundo casi 80 millones de kilómetros de redes eléctricas, una magnitud equivalente a cien viajes de ida y vuelta a la luna. 

El problema es que esos kilómetros se mantienen prácticamente inalterables con el paso de los años. Y es que si en la última década se ha incrementado a paso de gigante la generación renovable --se han instalado aerogeneradores y paneles solares hasta casi duplicar la capacidad eólica y solar desde 2010-- y también el consumo eléctrico, que se prevé aumentar cada vez más al electrificar usos que antes se servían de combustibles fósiles --por ejemplo, las bombas de calor o los coches eléctricos--, mientras que la inversión global de las redes que conectan a ambos se ha mantenido estática.

Según la AIE, cada año se invierte alrededor de 300.000 millones de dólares al año en redes eléctricas, cuando habría que invertir del orden de 600.000 millones de dólares. "Debemos invertir en redes hoy o enfrentarnos a un estancamiento mañana", advierte su director ejecutivo, Fatih Birol, en el comunicado que acompaña al informe publicado este martes. "El progreso que hemos visto en muchos países en energía limpia no tiene precedentes y es motivo de optimismo, pero podría correr peligro si los gobiernos y las empresas no se unen para garantizar que las redes eléctricas del mundo estén preparadas para la nueva economía energética global", ha añadido.

Las debilidades de la red eléctrica son palpables ya. Según el organismo, hay en 3.000 gigavatios (GW) a la cola para conectarse, de los cuales 1.500 GW están en etapas avanzadas de su desarrollo. Es decir, esa cantidad de energía --el equivalente a toda energía eólica y solar instalada en 2022-- no se conectan no porque no quieren sino porque no pueden. No hay 'cable' suficiente para que lo hagan. Si estas cifras aumentan, se traducen en un menor desarrollo renovable, pero también en un mayor "riesgo de que se multipliquen los apagones", la seguridad de suministro. Según la AIE, los cortes de luz cuestan alrededor de 100.000 millones de dólares al año, el 0,1% del PIB mundial.

Menos redes, más emisiones

Pero no solo eso. A partir de la hipótesis de que se produzcan retrasos en el despliegue de la red, la Agencia establece un nuevo escenario en sus supuestos en el que las emisiones acumuladas de CO2 entre 2030 y 2050 aumentarían en 60.000 millones de toneladas más de lo previsto. La magnitud es similar a las emisiones totales de CO2 del sector energético mundial durante los últimos cuatro años. Y se traduce a largo plazo en un aumento de la temperatura global "muy por encima" del objetivo del Acuerdo de París de 1,5 grados centígrados, con un 40% de posibilidades de superar los 2 grados centígrados.

El motivo no es otro que el uso de combustibles fósiles durante más tiempo, lo cual aumentaría a su vez la dependencia de los países productores. Y por ello se recomienda una acción "urgente" para "modernizar y ampliar las redes" con propuestas que incluyen "ampliar y fortalecer" las redes nacionales, pero también las interconexiones entre países. Y pide a los gobiernos "respaldar los proyectos de transmisión a gran escala para garantizar que las redes estén preparadas para un mayor crecimiento de las renovables" e insta a los desarrolladores y operadores de redes "adoptar la digitalización" para permitir que las redes del futuro sean "más resilientes y flexibiles".