Derechos de los consumidores

La UE pone remedio al consumo de 'usar y tirar' y consagra el derecho a reparar

El Parlamento Europeo y los gobiernos de la UE se conjuran para introducir este nuevo derecho para los consumidores antes de las elecciones europeas de 2024

Una tienda de electrodomésticos.

Una tienda de electrodomésticos. / JORDI COTRINA

Silvia Martinez

Si hay una fecha marcada en rojo en el calendario de compras de los consumidores europeos es el llamado Black Friday (y el Cyber Monday que le sigue tres días después). Una cita comercial que este año se ha celebrado este viernes 24 noviembre y que se ha convertido en una oportunidad de oro para comprar todo tipo de productos a precios más asequibles de lo habitual gracias a los atractivos descuentos que ofrecen tiendas y grandes comercios, particularmente en internet. Se trata de una práctica provechosa a priori para el bolsillo de los ciudadanos -los españoles gastarán de media 237 euros, según la OCU- pero que repercute en otra realidad menos positiva: un aumento de los residuos y las emisiones al provocar la sustitución de productos que aun siendo reparables terminan en la basura.

"Lo que estamos haciendo actualmente simplemente no es sostenible. Hay algo que está mal en nuestra sociedad de usar y tirar. Tenemos un modelo de negocio en el que los consumidores compran cada dos años un nuevo producto. Se producen muchos productos y hay muchos empleos produciéndolos, muchos ingresos e impuestos (pero) el modelo económico de Europa se basa en un consumo rápido que es insostenible. Tenemos que reconducir Europa a un cambio de paradigma y el derecho a reparar es fundamental para ello", sostiene el eurodiputado socialdemócrata alemán René Repasi.

Los números que maneja la Comisión Europea, que presentó en marzo pasado la propuesta como un elemento que contribuirá a la economía circular y a cumplir los objetivos del Pacto Verde europeo, lo dicen todo: eliminar de forma prematura productos cuya vida es todavía útil genera el equivalente a 261 millones de toneladas de CO2, requiere el uso de 30 millones de toneladas de recursos, genera 35 millones de toneladas de residuos cada año en la UE y un coste aproximado de 12.000 millones para el bolsillo de los consumidores (que optan por reemplazar en vez de reparar).

Productos más reparables

El objetivo es poner fin a este círculo vicioso con una nueva ley que complementará la directiva sobre ecodiseño --que establece el marco para la reparabilidad de los productos y está en revisión-- para incentivar a los consumidores a apostar por la reparación y presionar a los fabricantes a que garanticen que sus productos sean reparables con obligaciones y requisitos más claros. Tanto el Consejo, que aprobó este miércoles su posición de negociación, como la Eurocámara, que ha aprobado la suya con una aplastante mayoría de 590 votos a favor, 15 en contra y 15 abstenciones, han dado un paso de gigante en esta dirección.

La intención es lanzar las negociaciones interinstitucionales el próximo 7 de diciembre, todavía bajo presidencia española de la UE, para tratar de cerrar la norma antes del final de la legislatura. “Todos sabemos que recibiremos una pregunta en la campaña electoral: ¿Qué ha hecho Europa por mí? Sería fantástico si en el último pleno antes de la campaña electoral sacamos adelante el derecho a reparar. Sería estúpido no cerrar este expediente”, avisa el ponente sobre la importancia de mostrar a los consumidores europeos un ejemplo práctico de los beneficios de Europa y un expediente que ha cosechado el apoyo de derecha y de izquierda.

La propuesta tiene como objetivo garantizar que los productos defectuosos sean reparados. Dentro del período de garantía de dos años los vendedores estarán obligados a dar prioridad a la reparación, siempre y cuando resulte más barata o tenga el mismo coste que la sustitución del artículo, salvo que la reparación no sea factible o conveniente para el consumidor. Fuera del plazo de garantía, la norma también refuerza los derechos aunque no va tan lejos como le hubiera gustado a todos los grupos. Tampoco en cuanto a la jerarquía del remedio ofrecido: solo reparar si es más barato y solo si no causa una "significativa inconveniencia" al consumidor.

"A los Verdes nos hubiera gustado que la garantía legal estuviera alineada con la vida útil esperada de un producto. Merecería la pena comprar un producto un poco más caro si, además, los costes de reparación están cubiertos durante más de dos años en caso de defecto. Lamentablemente, sin embargo, los conservadores y los liberales han puesto freno a la tarea de hacer que el derecho a reparar sea aún más eficaz para la transición verde de la economía", apunta la eurodiputada ecologista Anna Cavazzini, que pese a todo destaca el avance que supondrá la norma.

Un año más de garantía legal

Entre los cambios que plantea el Parlamento Europeo en la negociación final con los gobiernos está la inclusión de un año adicional de garantía legal tras la reparación (el Consejo ofrece seis meses aunque los Estados miembros pueden prolongar el plazo), el derecho a que un producto sea reparado directamente por el productor y no solo por el vendedor como ocurre ahora, y la creación de un mercado de reparación independiente y competitivo que garantice que usuarios, restauradores y reparadores tendrán acceso a todas las piezas de recambio y repuestos durante la vida útil del dispositivo, información sobre reparaciones y herramientas a un coste razonable y que los productores no impidan la reparación mediante ninguna técnica contractual, de hardware o de software.

Para facilitar este 'cambio de chip' en el comportamiento de los consumidores los Estados miembros tendrán que crear plataformas en línea donde encontrar servicios de reparación locales y vendedores de productos reacondicionados con mayor facilidad. "Hoy en día, sólo se repara una quinta parte de todos los teléfonos móviles, lo que supone un enorme desperdicio de recursos. Las empresas de telefonía móvil han creado un monopolio de reparación. Introducen programas de software que impiden que nadie más que ellos mismos pueda repararlos. Con el derecho a reparar, rompemos este monopolio", alega la eurodiputada del PPE, Arba Kokalari.

Desde lavadoras hasta bicicletas

En cuanto al ámbito de aplicación, la Eurocámara quiere que se reconozca el derecho a reparar productos como lavadoras, aspiradoras, teléfonos móviles inteligentes e incluso bicicletas aunque la lista podrá ampliarse en el futuro en línea con el reglamento de ecodiseño. "Cuantos más productos más fácil para los consumidores y mejor para el planeta", sostienen los Verdes. Para convencer a los ciudadanos de que lo mejor es reparar, el Parlamento Europeo insta a los fabricantes a ofrecer dispositivos de sustitución en préstamos mientras dure la reparación.

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Además, para que las reparaciones sean más asequibles y atractivas para los consumidores la Eurocámara propone ofrecer a los consumidores bonos y otros incentivos económicos a través de fondos nacionales de reparación. Se trata de una vía que hasta ahora solo unos pocos Estados miembros han puesto en marcha, como Francia, mediante un fondo creado y financiado por la propia industria, Austria a través de vales de reparación financiados con el fondo de recuperación Next Generation EU y varios estados alemanes como Turingia o Sajonia.

"Se debe fomentar la reparación, no imponerla a los consumidores, especialmente si su producto se rompe dentro del período de garantía legal de dos años. No todos los bienes pueden repararse adecuadamente y los consumidores deberían tener derecho a un producto que funcione bien por el que pagaron. Esperamos que los Estados miembros no acepten reducir los derechos de los consumidores existentes", reivindica la subdirectora de la Organización de Consumidores Europeos, Ursula Pachl.