Protección comercial

La UE abre otro frente contra China por trabas a los productos médicos europeos

Con su investigación la Comisión Europea quiere forzar a Pekín a responder con reciprocidad y sin discriminaciones en el acceso a licitaciones públicas

El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis.

El vicepresidente de la Comisión Europea, Valdis Dombrovskis. / -/European Council/dpa - Archivo

Silvia Martinez

La Unión Europea ha lanzado este miércoles una nueva investigación contra China -la primera bajo el Instrumento de Contratación Internacional- por los obstáculos a los que se enfrentan los productos y dispositivos médicos y sanitarios europeos para entrar en el mercado asiático, uno de los más grandes del mundo junto con el de la UE y Estados Unidos. La Comisión Europea cree que Pekín discrimina “injustamente” a las empresas europeas y extranjeras y quiere que el Gobierno de Xi Jinping garantice reciprocidad en el acceso y un nivel de apertura similar al que ofrece la UE.

“La apertura es vital para que las empresas prosperen, para los consumidores y para estimular la innovación. Estamos iniciando esta investigación con China para que podamos lograr igualdad de condiciones en nuestros mercados de adquisiciones para los productores de dispositivos médicos, en ambas partes. Lamentablemente, nuestras repetidas conversaciones con China han sido infructuosas. Esta investigación nos ayudará a encontrar soluciones mutuamente aceptables”, ha justificado en un comunicado el vicepresidente y responsable de comercio, Valdis Domvrovskis, que ha abordado al más alto nivel este problema sin encontrar ninguna solución.

Las pruebas recabadas, según Bruselas, indican que el mercado de adquisiciones de dispositivos médicos en China se ha vuelto gradualmente más cerrado tanto para las empresas europeas y extranjeras como para los productos fabricados en la UE. “Han dificultado de forma grave y recurrente el acceso de los operadores económicos, bienes y servicios de la Unión al mercado de la contratación pública de productos sanitarios de China”, sostiene la Comisión.

Un cerrojazo promovido por las prácticas de Pekín para proteger a sus empresas favoreciendo la adquisición de productos y servicios sanitarios nacionales, impulsando la compra por parte de los hospitales de productos de gama media y alta fabricados en el país -el 50% para 2020 y el 70% para 2025-, ordenando a las autoridades locales y hospitales públicos dar prioridad a los productos nacionales bajo compras centralizadas que dificultan aún más el acceso extranjero y restringiendo los bienes importados salvo que no estén disponibles en el mercado chino.

Desventaja sistémica

Incluso, cuando las empresas logran acceder al mercado chino, este está a menudo sujeto a condiciones que hacen que los productores de la Unión no tengan la posibilidad de participar de manera justa, como la condición que los obliga a dar acceso a sus tecnologías. Todo esto hace que los proveedores extranjeros estén excluidos “de facto” del mercado chino. “Las medidas y prácticas de restricción de las importaciones suponen una desventaja significativa y sistémica para los operadores económicos, bienes y servicios de la Unión, ya que favorecen sistemáticamente la adquisición de productos nacionales en detrimento de los importados o someten la participación de los operadores económicos de la Unión en la contratación pública a procedimientos discriminatorios”, advierte la Comisión en el anuncio de la investigación publicado en el Diario Oficial.

Aunque no hay datos concretos sobre el volumen y el impacto, al Ejecutivo comunitario le preocupa la pérdida de cuota de mercado de las empresas europeas y el impacto que tiene en pérdida de empleos y actividad económica, un sector con empresas grandes pero también miles de pequeños productores . Entre los países más afectados están Alemania, Países bajos, Francia e Italia mientras que en el listado de productos figuran desde aparatos de ortopedia hasta de rayos X, mobiliario para medicina, cirugía, odontología y veterinaria, esterilizadores médicos, sillas de ruedas y gasas y vendas.

El siguiente paso en la investigación será el envío de un cuestionario a las autoridades chinas con el objetivo de abrir un “diálogo “constructivo” con Pekín. Aunque no hay plazos para este diálogo la Comisión Europea tiene la obligación de terminar la investigación en un plazo de 9 meses que podría prorrogarse 5 meses adicionales. El objetivo del proceso es lograr una solución negociada para eliminar la discriminación en la contratación pública china. Si Pekín y Bruselas no llegarán a un acuerdo, el instrumento prevé la posibilidad de sancionar a las empresas chinas que participan en licitaciones en la UE asignándoles baremos más bajos cuando liciten en la o excluyéndolas directamente de los procesos.

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