ETF Corp, AllCrypt Capital y Trading Business Academy son algunas de las 309 advertencias realizadas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre entidades no registradas (chiringuitos financieros) hasta octubre de este año (últimos datos disponibles). En los últimos cuatro años, el número de advertencias sobre chiringuitos financieros en España se ha multiplicado por ocho y prácticamente todas las empresas incluidas en esta lista negra tienen un nexo común: se dedican a las criptomonedas.

A falta de una regulación que proteja a los inversores y a falta incluso de estar supervisadas por autoridades monetarias como el Banco de España, las plataformas de criptomonedas proliferan en las redes sociales. Y no parece que casos como el de FTX o el más reciente de Binance frenen esta tendencia. Ya han causado pérdidas por fraude a más de 400.000 españoles y el 90% cayó en la trampa a través precisamente de las redes, según Eurocoinpay, una plataforma registrada en el Banco de España de compraventa de divisas electrónicas. Cabe destacar que las criptomonedas movieron 60.000 millones de euros en España durante el 2021, una cifra que corresponde al 4,8% del PIB, según datos ofrecidos del propio Banco de España.

Si en 2018 las alertas de la CNMV ascendían a 63, en línea con años anteriores, en los siguientes años estas advertencias superan las 300. Desde el regulador apuntan que los chiringuitos financieros ahora ofrecen criptomonedas “porque están de moda”. “Antes vendían las ‘commodity’”, aseguran. Su secreto ha sido utilizar las redes sociales para llegar a más gente. “El coste de la publicidad en redes sociales es mucho más barata”, explica Darío García, analista de XTB. El CEO y cofundador de Eurocoinpay, Herminio Fernández, afirma rotundamente que “las redes sociales son un fraude total”. “Ahora mismo en redes sociales, cada 14 anuncios hay uno de fraude”, asegura.

Y es que el 90-95% las estafas no provienen de empresas oficiales, sino de personas que suplantan a otras compañías o personas físicas reconocidas en redes sociales. Por esta razón, sus anuncios son tan creíbles. Además, al principio, en 2018, iban dirigidos principalmente al segmento más joven y en general menos informado. En la actualidad, el perfil del inversor en criptomonedas corresponde a un hombre con una edad comprendida entre los 26 y los 40 años, que realiza un uso intensivo de las redes sociales e Internet, y opta por invertir menos del 5% de su capital. “El peligro actualmente se encuentra” en esa banda de edad “porque las estafas son más sofisticadas”, manifiesta Fernández.

Actualmente, tanto Facebook como Twitter mantienen una política muy estricta con la publicidad de criptomonedas, pero si las plataformas son capaces de saltarse las restricciones jurídicamente por la falta de regulación, ninguna de las redes sociales puede evitar los anuncios de estos activos. “Las redes sociales son tan culpables que tienen incluso cierta responsabilidad moral”, afirma García, de XTB, “pero no son las culpables”. “El mundo cripto no es un fraude, pero las empresas que operan en nombre de las criptomonedas son las que están cometiendo estafas”, añade.

Regulación tardía e incompleta

Más allá de los fraudes que se materializan cada día en las redes sociales, las estafas de criptomonedas está sacudiendo los cimientos de algunas de las plataformas más relevantes de intercambio de estos activos. Hasta ahora, el mayor descalabro ha sido el protagonizado por FTX, una bancarrota gestada a partir de un fraude masivo a clientes y lavado de dinero perpetrado por su CEO, Sam Bankman-Fried, ahora detenido. Pero la realidad es que desde principios de noviembre se acumulan las caídas en Bolsa de todas las criptomonedas, como el bitcoin o ethereum, y ha salido a la luz una investigación del Departamento de Justicia estadounidense alrededor de Binance y su CEO, Changpeng Zhao.

En el caso de FTX, lo que empezó como una crisis de liquidez a principios de noviembre por la renuncia de Binance de rescatar la plataforma, se saldó con una bancarrota que dejó un agujero de 8.000 millones de dólares y una deuda de 3.000 millones. Su CEO, Sam Bankman-Fried, había sido reconocido como el ‘niño maravilla’ de las criptomonedas y FTX llegó a estar valorada en 32.000 millones de dólares. Y Binance contaba con 60.000 millones en activos hasta hoy, según datos de Nansen, cuando sus inversores retiraron 1.600 millones tras conocerse la investigación de Estados Unidos en su contra. En total, unos 30 millones de personas han confiado en Binance para intercambiar monedas digitales.

La previsión es que otras plataformas de divisas digitales caigan en los próximos meses: “Si hay auditorías por el reglamento MiCA, habrá una criba muy importante de plataformas porque no todas tienen un respaldo real de las inversiones que hacen”, asegura Herminio Fernández. El presidente de la CNMV hace pocas semanas, Rodrigo Buenaventura, decía hace algunas semanas sobre este sector que "la parte menos socialmente útil es toda esta especie de fenómeno colectivo en torno a cuál será la próxima criptomoneda que dé el petardazo", porque para él "no aporta nada a la sociedad española".

Tras estos últimos escándalos, la presidenta del Banco Central Europeo (BCE) Christine Lagarde, ha urgido a la Unión Europea a una “rápida implementación” de la única regulación en marcha de criptoactivos en el mundo, el Reglamento del Mercado de Criptoactivos (MiCA). “Su implementación tardará algunos meses, si no un par de años, desafortunadamente”, puntualizó. Se trata de un reglamento que empezó a discutirse en septiembre de 2020, pero cuya aprobación por las tres instituciones europeas (la Comisión Europea, el Parlamento Europeo y el Consejo Europeo) se ha retrasado hasta hace apenas unas semanas, y además contempla un período de adaptación que retrasará su entrada en vigor de manera práctica.

En todo caso, Lagarde ha matizado que el MiCA “solo puede ser un primer paso”, ya que existen algunas lagunas alrededor de la protección de los usuarios. Por ejemplo, aún no está muy claro cómo operarán los ‘wallet en frío’, es decir, cuando el inversor o el cliente tienen sus propias criptomonedas y las protegen con claves públicas, algo reclamado por todos los expertos. Para Darío García, “la regulación viene con mucho retraso y está dirigida al ámbito financiero, no al jurídico”, porque “por ahora solo se puede regular el ámbito fiscal”.

Cuando se active la regulación el 13 de febrero de 2023, “será de especial relevancia que los servicios prestados se acomoden a los servicios determinados por MiCA, de forma que se cumplan plenamente los requerimientos de custodia, en el que debe existir un respaldo 1:1 de los criptoactivos depositados por los clientes”, explica el responsable de la vertical de Criptomonedas y Blockchain de la Asociación Española de Fintech e Insurtech, Alfonso Ayuso. Aún así, Herminio Fernández recuerda que “el mundo de las ‘cripto’ no nació para estar regulado de una forma extrema”. “El blockchain es una bendición para el mundo, pero los gobiernos tienen que regularlos”.