Más que nunca

Las palabras ya no son suficientes. Las condenas no bastan frente al terror repugnante que hoy se ha cebado en más de un centenar de familias españolas. La pesadilla que se ha llevado por delante a sencillos ciudadanos que acudían confiadamente a sus trabajos en Madrid debe acabar en todos y cada uno de los puntos del territorio nacional. Ni un inocente más. Ni una vacilación más ante lo evidente: no se puede dialogar con el que sólo conoce el argumento de las pistolas y de las bombas.Las muertes de hoy en Madrid nos importan a todos, seamos extremeños, catalanes, vascos o gallegos. Hoy, todos los españoles hacemos propio el dolor de esos pobres ciudadanos víctimas de la locura terrorista. Pero también hoy la sociedad hace suya la fría y serena determinación de poner fin a la banda criminal que se escuda cobardemente en el anonimato para llevar el terror a toda España. Ante el dolor, solidaridad sin límite. Ante la rabia y el deseo de venganza, templaza e imperio de la Ley. Y ante el terrorismo, unidad sin vacilación. Unidad sin fisuras de todos los demócratas que buscan paz y progreso para esta tierra. Unidad en todos los foros, en la calle mañana y en el parlamento siempre. Hoy lo necesitamos más que nunca.