Detenido un `al qaedo´ que fichó a 32 kamikazes

Es un pez gordo de Al Qaeda, aunque trabaje de albañil". La frase es de un experto en la lucha antiterrorista del Cuerpo Nacional de Policía, que ayer detuvo en Reus (Tarragona) a Mbark el Jaafari, a quien se acusa de ser uno de los mayores reclutadores en España para la yihad.

Como todos los días laborables, El Jaafari salió pasadas las 6 de la mañana de su casa. A pocos metros, varios agentes lo detuvieron y se lo llevaron a comisaría. Allí le aplicaron la ley antiterrorista. Le acusaron de integrar la estructura de Al Qaeda y de pertenecer al Grupo Salafista para la Predicación y Combate (GSPC), la organización argelina que lidera la fusión de los grupos terroristas magrebís que operan en Europa y el Norte de Africa y que ahora se llama Al Qaeda en el Magreb Islámico.

Concretamente, la policía atribuye a El Jaafari haber reclutado a 32 kamikazes desde mayo del 2006 para cometer acciones suicidas en Irak y, en menor medida, en Marruecos y Argelia. Este diario desveló el pasado día 9 de septiembre que Al Qaeda capta entre 30 y 40 jóvenes musulmanes, la mayoría en Cataluña, para la yihad en Irak.

En esta ocasión, Marruecos alertó a España con una orden internacional contra El Jaafari, a quien vincula con varios atentados. La policía investiga la posible conexión de Al Jaafari con los atentados del 16 de mayo del año 2003 en Casablanca, uno de cuyos objetivos fue el restaurante de la Casa de España.

Un hombre clave En la llamada operación Satén, que todavía no ha concluido, la policía detuvo a El Jaafari. Tras varios meses de investigaciones, los agentes tienen pruebas documentales y testimonios que demuestran el importante papel del detenido en Al Qaeda. Para la policía "está claro" que El Jaafari es un hombre de primer nivel de la red terrorista en España. El detenido, que vestía a la manera occidental, actuaba solo para no levantar sospechas.

Según estas fuentes, El Jaafari fue activado hace tres años, después comenzar la guerra de Irak. Desde entonces, su misión ha consistido en detectar, captar y "lavar el cerebro" a jóvenes para que se incorporaran a la yihad. Esas fuentes sostienen que lo consiguió al menos en 32 ocasiones. Este extremo fue confirmado por la CIA a los servicios secretos españoles, ya que los restos de algunas de estas personas han aparecido en Bagdad tras hacer estallar el artefacto que llevaban en su cuerpo.

El Jaafari adoctrinaba a esos jóvenes, algunos de los cuales le eran enviados de otras partes de España, en su casa o en viviendas cercanas a Reus y llegó a montar "ejercicios espirituales". Un experto en la lucha antiterrorista aseguró: "Reclutaba a los muchachos y cuando los tenía convencidos los mandaba, casi siempre, a Argelia para que recibieran un cursillo sobre cómo hacer estallar un coche bomba o un artefacto de mochila".

El detenido trabajaba como albañil en una constructora de la comarca. También se dedicaba al boxeo. Las autoridades españolas le dieron los permisos de residencia y trabajo, que antes le habían denegado. El 5 de junio del 2003, la Subdelegación de Tarragona desestimó el expediente que presentó para regularizar su situación. Su salario le permitía vivir como un inmigrante entre los magrebís de Reus. El dinero para sufragar los gastos de los viajes de los nuevos muyahidines lo lograba mediante recolectas entre el entorno más radical.

Los investigadores tienen datos de que el detenido atesoraba sumas en mezquitas y asociaciones islámicas. Los nombres de algunos de sus contactos en Alemania y Marruecos son conocidos ahora por la policía.

Preocupación La detención de El Jaafari fue acogida con preocupación entre los musulmanes de Reus y con sorpresa en la calle donde residía. Hilal Tarkou, mediador cultural, calificó el suceso de "lamentable" y dijo: "La mayoría de nosotros rechazamos la violencia". La presencia de radicales en Reus ha generado últimamente tensiones entre la mayoría de moderados, según una fuente de la propia comunidad que se ha referido a "gente joven que viene de fuera".