Esperanza Aguirre: "¿Por qué no una mujer en la Moncloa?"

LLa guerra larvada de poder dentro del PP obliga a seguir con atención cada frase, o simple gesto, de los principales actores de la contienda. Ayer, la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, fue preguntada en un foro económico si cree posible que una mujer llegue a la Moncloa. "¿Por qué no?", respondió sonriente. Sus palabras, que para un ciudadano desprevenido carecerían de interés, provocaron de inmediato un nuevo remolino de especulaciones en las aguas turbulentas del PP, ya que algunos las interpretaron como un aviso sobre las pretensiones de la presidenta madrileña.

Aguirre argumentó que España "ha avanzado mucho en la equiparación real, no jurídica" de las mujeres con los hombres. Admitió ser la única presidenta autonómica, pero añadió que en su partido hay en estos momentos cuatro mujeres al frente de organizaciones regionales. Recordó que, en el propio PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero alcanzó el liderazgo compitiendo con dos mujeres --Rosa Díez y Matilde Fernández--, además de José Bono.

ETERNO RIVAL Aguirre soportó una artillería de preguntas sobre su eterno rival, Alberto Ruiz-Gallardón. Sobre la posibilidad de que el alcalde de Madrid vaya en las listas al Congreso en las elecciones de marzo --él mismo se ha ofrecido a ir como número dos de Rajoy--, la presidenta respondió que ella no confecciona los carteles electorales. A la pregunta de si el alcalde de Madrid cifra en estos comicios sus ambiciones de liderazgo en el caso de un fracaso de Mariano Rajoy, la presidenta madrileña dijo que Gallardón tiene "la obligación" de "prever el día después" de las elecciones, como el resto de los militantes. "¿O va a estar pensando solo en el hoy?", dijo.

GALLARDO, COMPLACIDO El líder del PP ironizó sobre las pugnas intestinas en su partido. Preguntado en la COPE por las pretensiones de Gallardón, Rajoy se mostró complacido de que "todos" quieran ir en sus listas, mientras que "nadie quiere ir" en las de Zapatero. Citó como ejemplos al vicepresidente económico, Pedro Solbes, que el viernes pasado eludió precisar si repetiría como ministro; el de Joaquín Almunia, que ha reiterado su rechazo a participar en la política doméstica, y de Rosa Díez, que se ha dado de baja como militante socialista.

El líder conservador admitió que las ambiciones de Gallardón y los roces de este con Aguirre le causan problemas. "Todo en esta vida causa problemas", apostilló con mordacidad el líder conservador.