Zapatero afirma haber cumplido y sentirse "fuerte" cara al 9-M

Comienza la carrera electoral. José Luis Rodríguez Zapatero convocó ayer las elecciones generales para el 9 de marzo, tras despachar con el Rey y presidir el Consejo de Ministros extraordinario que aprobó el decreto preceptivo. En comparecencia ante la prensa en la Moncloa, el presidente no se limitó a invitar a los ciudadanos a que acudan "activamente" a las urnas, sino que aprovechó para vender su gestión y proclamar que ha cumplido sus compromisos. "He sido fiel a mi palabra", afirmó. Dijo sentirse "fuerte" y "más motivado que nunca" y apuntó que su objetivo de gobernabilidad para el próximo cuatrienio es lograr una mayoría parlamentaria "más amplia" que le permita establecer alianzas a la carta.

Zapatero, que en recientes declaraciones exaltó a CiU y el PNV como pilares de estabilidad política, aclaró ayer de nuevo que sus palabras no suponen "ninguna oferta ni genérica ni concreta" para la gobernabilidad de España. Tras esa precisión, reiteró la importancia que concede a CiU y el PNV en el juego de los equilibrios territoriales, al margen de los "escenarios que pueda haber después el 9 de marzo".

"En mi visión de España, de la estabilidad política, del buen funcionamiento del modelo territorial, todo partido responsable de ámbito estatal que reconozca la diversidad de España, debe mantener unas buenas relaciones de trabajo tanto con CiU como con el PNV".

"FUERTE ESTABILIDAD" Zapatero sugirió que se siente cómodo con ese esquema de alianzas mudables, al destacar la "fuerte estabilidad" de la que ha disfrutado el Gobierno y que se tradujo, dijo, en la aprobación de más de 170 leyes y cuatro presupuestos generales. El experimento le funcionó, aunque omitió que varias veces los socialistas le vieron las orejas al lobo y tuvieron que movilizarse a fondo para sortear dificultades como la aprobación de las últimas cuentas públicas o la reprobación de la ministra de Fomento, Magdalena Alvarez. Esos problemas los pretende subsanar con más escaños.