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LOS PREPARATIVOS ELECTORALES DE LOS SOCIALISTAS.

Zapatero cita al empresariado para disipar el temor a la crisis

El presidente busca exhibir en un acto el aval del mundo económico.

Zapatero cita al empresariado para disipar el temor a la crisis

Por debajo de la desbocada subasta de promesas electorales, el debate sobre la marcha de la economía emerge rico en hipérboles, eufemismos y gestos de cara a la galería. El temido cambio de ciclo acentúa la tendencia a la exageración del PP --que habla sin rubor de crisis e incluso de recesión-- y la creatividad ansiolítica del PSOE, que sin mucho éxito propala el término desaceleración económica para que no cunda el pánico. En esta batalla de la imagen, José Luis Rodríguez Zapatero se apuntará un tanto el miércoles cuando, a solo un mes del 9-M, reúna en Madrid a lo más granado del empresariado español en un acto destinado a disipar el miedo a una etapa de vacas flacas. Y a mitigar su impacto electoral.

El encuentro económico, un almuerzo organizado por la consultora suiza KPMG junto a Europa Press, constará de una intervención inicial del presidente del Gobierno, titulada Los retos de la economía española en 2008, y un coloquio en el que podrán intervenir los asistentes.

Conscientes del interés del Gobierno en que la representación empresarial sea del más alto nivel, ayer ya habían confirmado su asistencia, entre otros, el presidente del Círculo de Economía, Claudio Boada; los constructores Florentino Pérez (ACS), Fernando Martín (Fadesa) y Baldomero Falcones (FCC); y ejecutivos como Antonio Llardén (Enagás), Gonzalo Pascual Arias (Marsans), Jesús Salazar (SOS Cuétara), Piero Bondesan (Fiat Ibérica) y Francisco Román (Vodafone). Según fuentes de la organización, el éxito está garantizado.

Con todos ellos, Zapatero comparte un objetivo: que no anide en el subconsciente ciudadano la sensación de que la economía española, antes boyante, se encamina hacia el precipicio. Un vértigo hábilmente alimentado por los estrategas del PP, pero con la ayuda objetiva del repunte de la inflación, la subida de los tipos hipotecarios y del desempleo en el 2007 y de los vaivenes de la bolsa. La alianza estratégica entre los empresarios y el presidente responde, por tanto, a criterios de caja: el pesimismo retrae el consumo --y con él, los beneficios--, pero también el voto.

SINTONIA CON LA PATRONAL El encuentro económico del 6 de febrero le servirá a Zapatero para exhibir ante el electorado el aval del mundo financiero y empresarial a su gestión. E incluso el del presidente de la patronal CEOE, Gerardo Díaz Ferrán, quien hace bien poco almorzó con el jefe del Ejecutivo en la Moncloa y se declaró confiado sobre el futuro inmediato de la economía española.

Esperan en la Moncloa que esta imagen valga más que mil estadísticas, puesto que ya han constatado que, por mucho que Zapatero trate de insuflar ánimos a los electores anunciando rebajas fiscales y recalcando que España sigue creciendo por encima de la media de la UE (un 3,8% del PIB el pasado año), es mucho mayor el poder depresivo del tíquet del supermercado o la letra de la hipoteca.

La lógica indica que, a un mes de las elecciones, toda cita institucional del presidente se transforma siempre en un acto de campaña. No será extraño pues que, como adelantan fuentes gubernamentales, Zapatero aproveche el respaldo de los empresarios para desautorizar el catastrofismo económico de su rival en las urnas, Mariano Rajoy.

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