Sánchez ata un pacto con C's y busca más apoyos

El líder del PSOE, Pedro Sánchez, aceptó ayer la reforma express de la Constitución que por la mañana le presentó el presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, como última exigencia para alcanzar un pacto "de gobierno", según las palabras del político naranja. "Si esas son las peticiones que tiene C's, que no le queda duda a nadie que habrá acuerdo", replicó. "¿Y qué tipo de acuerdo?", le preguntó una periodista a Sánchez cuando abandonaba una abarrotadísima sala de prensa del Congreso. "De legislatura", respondió mientras salía ya por la puerta.

Lo que se cuidó mucho de no explicar todavía Sánchez es qué ocurre con el resto de medidas que lleva casi dos semanas negociando, también en fin de semana y de madrugada, con Ciudadanos. Había escollos reconocidos por ambas partes en legislación laboral; reforma fiscal o el campo educativo, entre otras. Fue el vicesecretario de C's, José Manuel Villegas, quien se encargó de confirmar que el "principio de pacto" que hoy se presentará a las ejecutivas del PSOE y de su propio partido, respectivamente, y que por lo visto recoge aproximadamente el 80% de las ofertas que el equipo de Rivera ha puesto sobre la mesa de negociación.

"Este principio de acuerdo claramente es satisfactorio para Ciudadanos pero no va a satisfacer a Podemos", auguró Villegas, quien se limitó a asegurar que además de la reforma de la Carta Magna en los tres primeros meses de legislatura (que por muy express que sea necesita de más apoyo en las Cortes para ser aprobada del que pueden garantizar PSOE y C's), hay compromiso de no subir el IRPF en ningún caso.

LA ESCENOGRAFIA Tras una reunión discreta, el lunes en el Parlamento, entre Sánchez y Rivera, ayer por la mañana el líder de Ciudadanos decidió salir a la palestra a reclamar públicamente al PSOE un "último esfuerzo" para dar su visto bueno a un paquete de regeneración, reconvertida formalmente en una reforma express de la Constitución, con cinco demandas concretas.

Curiosamente, Sánchez convocó a la prensa unos minutos después para dar respuesta también pública a Rivera, pero esa primera convocatoria terminó anulándose y se aplazó hasta las cuatro de la tarde. Finalmente se produjo a la cuatro y media: se aceptaba la propuesta del partido naranja en pro del pacto.

Así, mientras una delegación de su partido estaba reunida con los representantes de Podemos para tratar de negociar su apoyo (o su abstención) a una posible investidura, el aspirante socialista a la Moncloa confirmaba a los periodistas que aceptaba reducir de 500.000 a 250.000 el número de firmas necesarias para impulsar iniciativas legislaturas populares; limitar el mandato del presidente del Gobierno a España a un máximo de 8 años; terminar con los aforamientos en Cortes y los parlamentos autonómicos y

reducir a la mitad --de 20 a 10-- el número de miembros del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) y, lo que parecía más complicado, suprimir las diputaciones.

LAS DIPUTACIONES "Iniciaremos la supresión de las diputaciones para impulsar nuevos entes de consejos provinciales de alcaldes y alcaldesas que puedan garantizar los servicios a los ciudadanos vivan donde vivan", recalcó el secretario general de los socialistas que, hasta en tres ocasiones insistió en que si la clave para un acuerdo con Rivera era aceptar este paquete de reforma de la Carta Magna, la cosa estaba hecha. "Si estas son las propuestas decimos que sí a un nuevo tiempo de diálogo", alegó.

Obviamente, cualquier pacto entre PSOE (90 escaños) y C's (40) es insuficiente para garantizar una investidura el día 5 de marzo, jornada en que se celebrará la votación en la que ya no es necesario tener mayoría absoluta para ser presidente, sino mayoría simple. Parece difícil encontrar una fórmula final que permita que Podemos y Ciudadanos ayuden, de una u otra forma, a garantizar la investidura de Sánchez.