La convención nacional del PP ha recalado este jueves en Sevilla. Pablo Casado ha participado en un diálogo con José María Aznar sobre las cinco crisis que el actual líder de los conservadores ve más graves: la económica, la institucional, la territorial, la internacional y la social. Todas ellas se resumen, a juicio del expresidente, en una idea: no hay orden y Casado, al que ve en la Moncloa, deberá restablecerlo rodeándose de un buen equipo que le ayude.

"Tú tendrás que tener gente que se ocupe de ello (...) Te tienes que plantear dónde quieres estar. Primero, orden, poner la casa en orden. Tener la casa en orden, tener un pensamiento estratégico claro, saber dónde están tus intereses, no equivocarte y ponerte a ello. Y eso se llama también ejercer el liderazgo", le ha lanzado a Casado. Ambos trabajaron juntos dos años y Aznar está considerado el padrino político del actual líder del PP, que fue su ayudante durante dos años mientras el ya expresidente viajaba por el mundo dando conferencias.

La radiografía nacional (han citado el aumento del IPC, el elevado precio de la luz y los nacionalismos) y la internacional (una OTAN "debilitada" y una Unión Europea fuera de juego) requerirán, según Aznar, un esfuerzo ingente y convicciones "claras". El expresidente ve a Pedro Sánchez perdido, bloqueado, sin hacer las reformas básicas (la fiscal y la laboral) y atado de pies y manos por los separatistas. "España ni es un Estado plurinacional ni es un Estado multinivel ni la madre que los parió", ha espetado. Considera "escandaloso" que la Abogacía del Estado ha sido "utilizada en contra del Tribunal Supremo para impedir la extradición de un prófugo que prometió haber traído", en referencia a Carles Puigdemont.

En la lista de recomendaciones, también ha sugerido a Casado que derogue la 'ley Celáa' y la de memoria democrática, porque "activa los mecanismos de odio". En ese puno ha señalado que como presidente él también aprobó "muchas cosas" en favor de las víctimas de la guerra civil pero "desde la concordia, no activando los mecanismos del odio". En su opinión, no se trata de "volver al enfrentamiento entre los españoles" sino de "tener un país que tiene propósitos y objetivos comunes".

Contra el Papa

En su larga alocución y cuando hablaba de la crisis territorial española, se ha referido a la polémica desatada después de que el Papa Francisco haya pedido perdón a México por la conquista de América. En la misma línea que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, el exjefe de Ejecutivo ha rechazado ese gesto (ya hecho por anteriores Pontífices). "Voy a decir otra cosa porque tengo ganas de decirla, en esta época en la que se pide perdón por todo: yo no voy a engrosar las filas de los que piden perdón, no lo voy a hacer, lo diga quien lo diga", ha enfatizado entre aplausos de los asistentes. Después Aznar se ha referido al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que lleva años reclamando que la monarquía española y la Iglesia "una disculpa pública" a los pueblos indígenas por las "atrocidades" y el "saqueo" de la conquista. Se ha regodeado en sus apellidos españoles, para espetarle: "Si no hubiesen pasado algunas cosas, usted no estaría aquí".

Como han hecho otros dirigentes invitados al cónclave, el exjefe de Ejecutivo también ha dorado la píldora al anfitrión. Aznar ha dicho que él ya vio hace años que Casado tenía mucho futuro por delante. "Ese que está ahí al final será presidente del PP y presidente de España. Vas a ser presidente del Gobierno de España y, además, lo vas a hacer bien", ha contado.