Alberto Núñez Feijóo ve a España en un momento "tremendamente delicado" a nivel económico, social, territorial e institucional con un "mal Gobierno" al frente y cree que los ciudadanos están deseando el retorno del PP a la Moncloa para recuperar la "ilusión". El presidente de los conservadores se mostró así de optimista este viernes ante los miembros de los grupos parlamentarios del Congreso, Senado y Parlamento europeo a los que reunió en la Cámara alta. Les pidió que hagan propuestas "sensatas" porque, "en unos meses", pueden estar "implementando" esas medidas desde el Gobierno central. "España nos está mirando", advirtió en el discurso abierto a la prensa. Según fuentes presentes, minutos antes, sin cámaras, defendió de manera indirecta los apoyos puntuales al Ejecutivo porque, en estos tiempos de "incertidumbres", considera "más importante" ser un "partido de Estado" que de "oposición".

En las dos últimas semanas, el PP ha salvado al Ejecutivo en dos ocasiones, al permitirles que sacaran adelante la ley de seguridad nacional y la ley audiovisual. Además, a partir del 19 de junio, cuando pasen las elecciones andaluzas, el jefe de los populares ya ha dicho que estará abierto a negociar la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ).

El político gallego se vio con sus compañeros en la Cámara alta, donde desde el miércoles él ocupa un escaño como senador por designación autonómica. Su ambición, aseguró a puerta cerrada, es gobernar en solitario y repetir las mayorías absolutas de José María Aznar y Mariano Rajoy. Y mostrando empatía con lo traumático que ha sido el relevo de Pablo Casado, les admitió que entiende que algunos no "confíen" en él, pero les pidió tiempo para demostrarles que pueden hacerlo. Y, si no logra que cambien de opinión, espera que ese reducto de desconfiados sea mínimo.

El dirigente conservador entiende que algunos de los integrantes del PP no "confíen" en él, pero les pide tiempo para ganárselos

Feijóo les puso deberes y les dijo lo que le gusta y lo que no, aunque algunas de las frases parecían ecos tardíos del circo que se vivió esta semana en las Cortes de Castilla y León con Juan García-Gallardo (Vox), vicepresidente de Alfonso Fernández-Mañueco (PP). Gallardo aseguró que el Gobierno central "pervierte" a los menores con la educación sexual que defiende y replicó a una procuradora socialista que se desplaza en silla de ruedas con la frase: "Le voy a responder como si fuera una persona como todas las demás".

Adiós a alimentar el ego

El político gallego subrayó que no cree "en los circos parlamentarios, sino en el trabajo serio de las Cámaras". "Las Cámaras no son una red social en la que competir con zascas y palabras gruesas", continuó. Parecía un mensaje para enterrar la afición de la anterior cúpula de Casado, aficionada a hacer política en Twitter e Instagram. "Prefiero una crítica razonada a un titular llamativo. Apoyaré antes una iniciativa útil para los españoles que una foto para satisfacer el ego del retratado. Valoraré mucho más una enmienda correcta a los Presupuestos Generales del Estado que un tuit ingenioso de un diputado", dijo en la intervención abierta a los medios.

Renovación por "adición"

"Sé que el mal Gobierno [de Pedro Sánchez] está más cómodo insultándonos (...) Pero los españoles empiezan a cansarse de esa forma de practicar esa política. Nuestro modelo es totalmente distinto al del Gobierno actual: la seriedad, el trabajo, la coherencia... Es un camino menos espectacular, pero es el mejor para seguir a los ciudadanos. No tengo dudas y estoy convencido de que vosotros tampoco", continuó Feijóo.

El dirigente conservador empezó su alocución pública, de 18 minutos, diciendo que está "muy orgulloso" de cómo se ha hecho la transición y se ha gestionado la conformación de los nuevos equipos en la dirección del PP. "Un partido de Estado y de Gobierno, como el nuestro, tampoco puede hacer tabla rasa ni renegar de la experiencia de tantos años de servicio a nuestros ciudadanos", destacó. Feijóo mantuvo como portavoces en el Congreso, el Senado y el Parlamento a las mismas personas que tenía Casado: Cuca Gamarra (también su secretaria general ahora), Javier Maroto y Dolors Montserrat. Su objetivo es renovar "por adición".